Hace 29 años el Grapo, brazo armado del terror del Partido Comunista de España (reconstituido), que acumula 93 asesinatos, cientos de heridos y asaltos a mano armada, secuestró a mi padre Publio Cordón; extorsionó a mi familia, yo misma junto a mi marido pagué en París un rescate millonario mientras nos apuntaban con sus armas; lo asesinó en aras de su «justicia social» y, como con el caso de Marta del Castillo, los asesinos no nos dieron ni el árnica de poder encontrar su cadáver para darle sagrada sepultura. Un sentimiento desolador y muy duro que parece nunca llegar a su fin. Hoy, tras 29 años de lucha de mi familia por mantener vivo el caso, de no dejar que...
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