En la última década se ha incrementado la atención hacia las amenazas que vienen de fuera de nuestras fronteras globales, los peligros que acechan desde el espacio exterior. Tanto es así que las principales agencias espaciales tiene diferentes planes para desviar, en el caso de que fuera necesario, asteroides en trayectoria directa hacia la Tierra. De hecho, no sería algo nuevo para nuestro planeta (si no, que se lo digan a los extintos dinosaurios hace 65 millones de años). Después de que la NASA probase con éxito hace dos años con la misión DART que una nave puede desviar con su choque una de estas rocas espaciales (al menos una de 160 metros de diámetro), China quiere hacer lo mismo con su tecnología. La Administración Nacional del Espacio de China (CNSA) puede incluso haber determinado su objetivo: el 'pequeño' asteroide 2015 XF261, de 30 metros y englobado en el grupo de los cuerpos estelares NEO (siglas en inglés de 'objeto cercano a la Tierra'). Al menos, así apunta un estudio publicado en la revista china ' Journal of Deep Space Exploration ' (JDSE) en el que se explica una misión en la que dos naves viajarán cerca de este asteroide con doble objetivo: una impactará contra él y otra lo grabará todo. Aunque se puntualiza que el destino final del viaje se afinará «en función de la ventana de lanzamiento» real, que se espera se produzca «antes de 2030». Lo cierto es que no es la primera vez que China plantea su interés por llevar a cabo este tipo de misión. Ya en 2022 -coincidiendo, además, con la misión DART de la NASA-, el responsable del diseño de los polémicos y potentes cohetes Long March, Long Lehao, durante una conferencia adelantó que la agencia espacial china estaba estudiando llevar a cabo una misión parecida, aunque contra el asteroide 2020PN1, del tamaño de un autobús escolar. En este momento también se planteó una misión con dos naves: un impactador que chocase contra la roca espacial; y un orbitador que monitorizara las consecuencias de la colisión. Esta era la idea inicial de la misión DART, que en un principio se planteaba una colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés). Sin embargo, debido a problemas con los presupuestos europeos, la ESA se desmarcó del proyecto, si bien el próximo mes de septiembre lanzará la sonda Hera, dirigida al asteroide sobre el que impactó DART y al que llegará en 2026. De hecho, en abril de 2024, Wu Weiren, director del Laboratorio de Exploración del Espacio Profundo (DSEL) de China, estableció una fecha más firme para el lanzamiento de la misión sería en 2027. Esto coincidiría con el paso cercano de 2015 XF261 'cerca' de nosotros entre marzo y mayo de ese mismo año. Sin embargo, la roca estará a 32 millones de kilómetros, el triple de lejos que de lo que estaba Dimorphos, el asteroide contra el que impactó DART, que se encontraba a 11 millones de kilómetros y al que tardó en llegar diez meses. La CNSA podría tener otra oportunidad de golpear a 2015 XF261 en abril de 2028, cuando el asteroide se encuentre a unos 21 millones de kilómetros de distancia. Pero la mejor oportunidad para una misión de este tipo parece llegar en abril de 2029, cuando el asteroide se acerque a 6,8 millones de kilómetros de la Tierra. No será la última dentro del plazo establecido: en abril de 2030, esta roque espacial estará a 7,1 millones de kilómetros de nosotros.