Las intervenciones basadas en la dieta mediterránea producen mejoras en varios biomarcadores cardiometabólicos - presión arterial sistólica, triglicéridos, colesterol total y colesterol malo (LDL), así como un aumento en el colesterol bueno (HDL)- en niños y niñas y adolescentes. Los resultados de este estudio publicado en ' Jama Network ' y liderado por el investigador José Francisco López Gil, de One Health Research Group, Universidad de Las Américas de Quito (Ecuador) sugieren que promover la dieta mediterránea entre los jóvenes podría ser una estrategia eficaz para mejorar su salud cardiometabólica y prevenir futuras enfermedades cardiovasculares. Esto, señala a ABC Salud López Gil «es relevante para diseñar programas de salud pública enfocados en la prevención desde una edad temprana». En su opinión, los resultados pueden influir en las recomendaciones dietéticas para niños/as y adolescentes, «promoviendo la adopción de la dieta mediterránea como un componente clave para mejorar la salud cardiometabólica y prevenir enfermedades asociadas con la obesidad, síndrome metabólico y otros factores de riesgo». Las intervenciones basadas en la dieta mediterránea podrían tener un impacto significativo en la reducción de la prevalencia de enfermedades cardiometabólicas en la población joven. Aunque no podemos dar estimaciones fehacientes en cuanto a cifras se refiere, la mejora en biomarcadores como la presión arterial, los niveles de colesterol y triglicéridos podría disminuir el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y metabólicas a largo plazo Pregunta sobre qué políticas de salud pública se podría implementar para fomentar la adopción de la dieta mediterránea esta población, López Gil propone « promover programas en centros educativos para integrar la educación sobre nutrición basada en la dieta mediterránea en los currículos escolares; subsidios y acceso a alimentos saludables como frutas, verduras y otros alimentos típicos de la dieta mediterránea; llevar a cabo campañas de concienciación pública para informar sobre los beneficios de la dieta mediterránea, o diseñar programas comunitarios que incluyan talleres de cocina y jardinería para promover el acceso y la familiaridad con los alimentos de la dieta mediterránea. El seguimiento de la dieta mediterránea en España se evalúa mediante índices como el Índice de Calidad de la Dieta Mediterránea para Niños y Adolescentes (KIDMED por sus siglas en inglés), que mide la adherencia a esta dieta basándose en el consumo de alimentos característicos y la limitación de alimentos no saludables. Sin embargo, en España, por mucho que presumamos de dieta mediterránea, la verdad es que menos de la mitad de los españoles la siguen. Según los datos de la Fundación Dieta Mediterránea, menos del 45% de la población la siguen. José Francisco López Gil reconoce que hay múltiples barreras potenciales para la adopción de la dieta mediterránea en diversas poblaciones infantiles y adolescentes: Acceso limitado a alimentos frescos, preferencias alimentarias y hábitos culturales, coste de los alimentos saludables, ya que los alimentos frescos y de alta calidad pueden ser más costosos que las opciones ultraprocesadas, y falta de educación y conocimiento de los beneficios de este dieta. Los resultados de este estudio, añade el autor del estudio pueden guiar futuras investigaciones en nutrición y salud pública al investigar los potenciales beneficios de la dieta mediterránea a largo plazo, explorar mecanismos específicos, adaptar intervenciones a diversas poblaciones, e implementar estudios multicéntricos.