Vox entró en una crisis de crecimiento hace un año, con la salida de notables referentes internos, y ha terminado en una crisis de redefinición ideológica , identitaria, acrecentada por la irrupción del tal Alvise, en lo que parece una competición por ver quién es más bizarro o insumiso de los usos y cortesía democrática. Si Abascal cree que él abandera la 'derecha auténtica', que un día será el Le Pen patrio, que el poder le caerá como fruta madura, es que ni siquiera conoce a los españoles. Su nueva ubicación lo aleja de la tradición nacional, aliándose con socios foráneos extremistas que tontean con lo antisistema, el ultranacionalismo y la xenofobia. En España no hay sitio para que eso...
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