Cuenta Thedore Dalrymple que en una plaza de Pyongyang, donde todo contacto no supervisado con extranjero es impensable, un joven coreano se le acercó y le preguntó «¿Habla inglés?» «Sí», dijo él. Y dijo el joven: «Soy un estudiante en el Instituto de Lenguas Extranjeras. Leer a Shakespeare es lo más grande, el único placer de mi vida». «Fue la más impactante interacción de toda mi vida», confiesa Dalrymple, «el Burke de nuestra época», a juicio del crítico de arte Roger Kimball, opinión que parecerá exagerada (a mí, no), pero porque no conocen la de Mary Beard sobre Nigel Farage («Nigel Farage is today's Julius Caesar», y todo el mundo piensa en el 'Julio César' de Shakespeare), a lo que...
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