Como indica el duicho popular 'Tu cuerpo es tu templo' y es por ello que cuidarlo debe ser prioridad, sobre todo conforme nos vamos haciendo mayores . Además de por salud, tanto física como mental , nuestra imagen también es importante y estar agusto con ella puede marcar la diferencia en nuestra vida. Llevando el foco a los brazos , estos suelen estar a la vista cuando hace calor, momento en que nos ponemos ropa sin mangas o bañadores y bikinis al bañarnos en la piscina, el mar o el río. Aunque todos los cuerpos son válidos para mostrarse, bien es sabido que para muchas personas es más estético tener un cuerpo definido o que se vea saludable. Es aquí donde entra la flacidez de los brazos, que aparece cuando tenemos un peso elevado, cuando engordamos y adelgazamos y también con el paso de los años, siendo los 40 cuando se empiezan a notar más esas temidas 'alas de murciélago' que no son otra cosa que piel o grasa que cuelga de la parte de debajo de los brazos. Sin embargo, aunque no se pueda luchar contra la gravedad y la genética, sí podemos poner algunas soluciones para intentar mejorar el aspecto de los brazos a partir de los 40 años. Tal como recoge un artículo de 'Elle', Efthalia Tsimkas, master trainer de Brooklyn Fitboxing : «la flacidez en todo el cuerpo, pero en general en brazos y piernas, es un problema común de hombres y mujeres, resultado de una combinación del envejecimiento natural, la falta de ejercicio y la pérdida muscular y la exposición al sol». Para combatir este signo, las recomendaciones de los expertos pasan por tonificar esas zonas concretas con ejercicios de fuerza, combinando estos con entrenamientos de flexibilidad y también cardiovasculares . «Además, la hidratación y el descanso siempre contribuyen a mejorar los síntomas de la piel», explica Efthalia. No obstante, existe un ejercicio que, lejos de ser milagroso, sí ayuda de manera eficaz a fortalecer los brazos y, por ende, a reducir esa flacidez o 'alas de murciélago'. Para la mencionada entrenadora de Brooklyn Fitboxing, «las flexiones son un ejercicio altamente efectivo y con resultados notables» . Además, explica: «Aunque a menudo se asocian con el trabajo de los brazos y el pecho, es esencial destacar su impacto en los hombros y la parte superior del cuerpo», por lo que tus brazos estarán en armonía, con menos flacidez y más fuertes, además de bonitos visualmente. Así, aunque las flexiones sean un ejercicio muy popular y conocido, no todo el mundo las hace bien. Para ejecutarlas de manera corresta, estas son las indicaciones de Efthalia: «La técnica adecuada se centra en llevar el pecho hacia el suelo mientras mantienes el cuerpo en una posición uniforme . Hay que evitar hundir la espalda o elevar la cadera. Además, es crucial que los codos apunten hacia atrás, sin sobrepasar la línea de los hombros, para minimizar el riesgo de lesiones». Para quienes no están acostumbrados a hacer ejercicio o les cuesta hacer flexiones, una recomendación habitual y que funciona es sostenerse sobre las rodillas en lugar de sobre los pues: «Esto te permitirá adaptar el ejercicio a tu nivel de condición física y progresar gradualmente», indica la experta. ¿Y qué hay de las repecitiones? No hay un número concreto de ellas, sino que debemos adaptar cuántas hacemos en función de nuestras capacidades, aumentando la cantidad gradualmente para ir progresando y no estancarnos. Por ejemplo, tres series de 8-10 repeticiones sería un buen número.