El tremendo susto que recibieron algunas familias de Los Remedios cuando se enteraron de que habían intentado entrar en sus viviendas provocó todo tipo de reacciones en el barrio sevillano, la mayoría en torno a una importante preocupación y la firme intención por parte de la comunidad de vecinos de extremar todas las precauciones posibles. La banda que actuó el martes en Los Remedios efectuó por dos veces en apenas unos minutos la misma acción, en ambos casos, en viviendas que ya tenían controladas y en las que sabían que no había nadie hospedándose. Por lo tanto, y a tenor de fuentes consultadas, los okupas habrían hecho un estudio previo de la zona antes de activar la segunda parte. En el modus operandi también se acredita que una persona (española, según los comentarios de quienes hablaron con ella) se presentaría en el edificio con una carpeta en la que supuestamente habría unas hojas con las escrituras de la vivienda, acompañado en todo momento de otra que haría las veces de cerrajero. Con total naturalidad , al menos así lo hicieron el lunes, ambos irían a la vivienda saludando a los vecinos que se encontraran y presentándose como nuevos propietarios de la casa. El cerrajero empezaría a quitar la cerradura, colocando una nueva, mientras que la otra persona, con mucha seguridad, hablaría con quien tuviera enfrente. En el caso de lo sucedido en Los Remedios, una vecina hizo caso omiso a las supuestas buenas intenciones de esta persona, y llamaría al verdadero dueño, lo que provocó que la Policía se presentara en el domicilio. En este caso, a tenor de lo visto, el okupa siguió asegurando que él era el verdadero dueño, y que, para que no hubiera dudas al respecto, llamaría a su abogado. En este momento llegaría la tercera persona implicada en este grupo de okupas. La Policía, al no saber qué hacer, y escuchar también al verdadero dueño, terminó presentando diligencias de lo ocurrido, y marchándose los estafadores sin ningún tipo de problema, tal y como acreditaría a ABC la abogada de una de las víctimas, Cinta Jiménez, de Abogados Montaño Ybarra.