La serpiente de cada verano en Galicia ya no son los incendios, sino los debates sobre la afluencia y saturación turística en determinados puntos de la Comunidad. Concretamente uno: Santiago de Compostela . Y alrededor de este eje se vertebra una polémica interesada y que mezcla distintos elementos con un resultado estéril para el ciudadano: mucho ruido. Hay un discurso muy dirigido que parte de una demonización de la actividad turística y su señalamiento como origen de muchos males. Recordemos sus grandes éxitos: no hay viviendas en alquiler convencional porque los codiciosos propietarios deciden derivarlas al mercado turístico, privando a las pobres familias y los estudiantes de un techo a precios asequibles bajo el que cobijarse; tampoco hay rastro de...
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