El nuevo primer ministro británico, Keir Starmer, llega el martes a Washington, donde dará sus primeros pasos en la escena internacional en la cumbre de la OTAN , pocos días después de la victoria aplastante de los laboristas en las elecciones legislativas. El exabogado de 61 años, que asumió el cargo el viernes, será objeto de especial atención durante esta cumbre organizada en la capital estadounidense con motivo del 75º aniversario de la Alianza Atlántica. Starmer reafirmará el apoyo de Londres a la OTAN pero también a Ucrania, en guerra desde la invasión rusa en febrero de 2022. Esta visita marca el inicio de un intenso programa diplomático para Starmer, con el Reino Unido organizando una reunión de la Comunidad Política Europea (CPE) en el Palacio de Blenheim, en el sur de Inglaterra, el 18 de julio. «Estas cumbres serán una oportunidad para que conozca a otros líderes y para transmitir mensajes», dijo a la AFP James Strong, especialista en política exterior británica. El Reino Unido ha sido uno de los más firmes apoyos de Ucrania desde el comienzo de la guerra, y es poco probable que esta posición cambie con el regreso al poder del Partido Laborista , que pasó 14 años en la oposición. El nuevo ministro de Defensa británico, John Healey, visitó Ucrania el domingo, donde prometió entregar más armas al gobierno de Kiev. Starmer reafirmará su apoyo directamente al presidente ucraniano Volodimir Zelenski en Washington. Los laboristas también quieren aumentar «lo antes posible» el gasto militar hasta el 2,5% del PIB británico (2,3% actualmente), más allá del mínimo del 2% recomendado por la OTAN, siguiendo la línea adoptada por el anterior gobierno conservador. Según el politólogo James Strong, el nuevo primer ministro insistirá en mantener las grandes líneas de la actual política exterior británica, al tiempo que intentará mejorar las relaciones con sus aliados europeos, profundamente dañadas por el Brexit. Después de este tumultuoso divorcio y del baile de primeros ministros conservadores , con tres en menos de dos años, Strong anticipó que Starmer hablará mucho «sobre cómo mejorar las relaciones, ser un socio más confiable y, sobre todo, ser más estable y previsible». Este viaje constituye también una buena oportunidad para que Starmer establezca vínculos personales con el presidente estadounidense Joe Biden y consolide la «relación especial» con Washington. Pero si los laboristas están más alineados que los conservadores con los demócratas de Biden, esta reunión llega en un momento delicado para el presidente estadounidense. Biden, de 81 años, parecía cansado y confundido durante un reciente debate con su rival en las próximas elecciones, Donald Trump, lo que generó dudas sobre su capacidad para ser reelegido en noviembre. Si Biden es derrotado en las elecciones del 5 de noviembre, Starmer deberá tratar con el expresidente Trump y su política aislacionista. El nuevo jefe del gobierno británico querrá demostrar «su compromiso inquebrantable con Estados Unidos y enviar una señal sobre su lealtad al mismo, pase lo que pase» en noviembre, dijo a la AFP Sophia Gaston, del grupo de expertos de derecha Policy Exchange. La guerra entre Israel y Hamás en Gaza podría constituir, sin embargo, un punto de divergencia entre Starmer y Biden, ya que los laboristas han prometido reconocer un Estado palestino «cuando llegue el momento adecuado». Poco después de su regreso de Washington, Starmer recibirá a varios jefes de gobierno en el Reino Unido, entre ellos el presidente francés Emmanuel Macron y el canciller alemán Olaf Scholz, para la cumbre de la CPE, cerca de Oxford. El Partido Laborista se ha comprometido a trabajar más estrechamente con sus vecinos, forjando acuerdos bilaterales con Francia o Alemania y con toda la Unión Europea. Según Olivia O'Sullivan, del centro de estudios británico Chatham House, estas cumbres darán «más forma» a estas propuestas y ofrecerán una visión general de la política exterior que Starmer desea llevar a cabo durante los próximos cinco años.