«Tengan en cuenta nuestras peculiaridades como centenarios, luchamos para seguir siendo historia de la Comunidad de Madrid», decía Irene Guiñales la dueña de Casa Pedro , la décima generación que regenta este restaurante fundado en 1702, en el homenaje a los comercios históricos que se celebró ayer en la Real Casa de Correos. Para apoyarlos, la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, anunció que en el próximo Consejo de Gobierno se aprobará una subvención de 8 millones de euros para la modernización de los negocios de más de 50 años, «historia viva de Madrid», en palabras de la líder del Ejecutivo madrileño. «Lo que más necesitamos es publicidad», opina Carlos Valverde, joven heredero de la pastelería Salinas, abierta desde 1846 en Alcalá de Henares. «Quisiéramos un poquito de atención a los pueblos, porque hoy vivimos sólo de los fines de semana», comentaba a este periódico Victorio Garcia, dueño del comercio Alexus en Lozoya, antes de recibir con orgullo una de las 150 'meninas' con los colores de la bandera de España que se entregaron como reconocimiento a la trayectoria de estos locales con solera. Respondiendo a sus demandas, en el acto Díaz Ayuso también anunció medidas para aumentar la visibilidad de los comercios. Dentro de la campaña de 'branding' internacional 'Madrid destino 7 estrellas, la mejor tienda del mundo', se va a crear una sección específica para los negocios que superan el siglo de nacimiento. Esta iniciativa supone presentaciones presenciales y fuerte posicionamiento digital de los comercios madrileños, con un público objetivo enfocado en llegar a China, Chile, Colombia, Brasil, México, Japón, Corea del Sur e India. En otras palabras, los comercios centenarios –por su claro atractivo cultural y turístico– van a ser especialmente publicitados en las campaña de promoción madrileñas. Fueron 150 los establecimientos homenajeados, aunque se tiene registro de por lo menos 50 más que cumplen con el siglo de vida. Estos negocios son el mejor ejemplo del sello único de Madrid, lo que la identifica de otras grandes capitales del mundo. Consciente de la posible pérdida de personalidad de la región sin estos comercios, Díaz Ayuso aseguró que Madrid es una ciudad «abierta y prospera» que recibe gustosamente a las franquicias, pero que tiene especial inclinación por los «negocios con personalidad propia». «Qué bonito es ver cómo permanecen sus letreros», dijo Ayuso, que aprovechó para avanzar otra línea específica que se pondrá en marcha en 2025 para que «establecimientos que formen parte del patrimonio histórico puedan acometer reformas en sus negocios». «Lo tenemos muy difícil, sobre todo los que estamos en los pueblos, pedimos más ayudas fiscales», sostenía la dueña de la Farmacia María Dolores Vergara, de Arganda del Rey. Esta petición fue una constante en los propietarios de los establecimientos históricos consultados por ABC, tanto de pymes como de grandes empresas centenarias. En este sentido, el director de Viena Capellanes, Antonio Lence Moreno, arremetió contra la desproporcionalidad fiscal que aqueja a los comercios. «Cada vez nos castigan más», sentenció Lence Moreno, sin negar que los impuestos son necesarios para el funcionamiento de la sociedad. La presidenta de la Comunidad también abordó esta demanda: afirmó que las bajadas fiscales aprobadas desde que llegó a Sol han supuesto 31.000 millones de euros de ahorro para el ciudadano. «En Madrid creemos en la libertad para todos los ámbitos, empezando por el económico», subrayó. Asimismo, pidió a los ayuntamientos que traten de bonificar el IBI a los locales más longevos. Los negocios centenarios, «los guardianes de lo mejor de España y de Madrid», en palabras de la presidenta, pronto recibirán esta nueva inyección y los mencionados incentivos. Pero también pueden aplicar a ella, negocios que lleguen al medio siglo, entendiendo que ellos también forman parte del patrimonio.
