La turismofobia vuelve, un verano más, a Barcelona. A las puertas de una temporada que promete batir todos los récords, miles de personas se concentraron el pasado sábado contra el turismo masificado en la capital catalana bajo el lema 'Basta. Pongamos límite al turismo'. Los manifestantes declararon que hay una industria turística que «tiene enormes impactos negativos, laboralmente, socialmente y ambientalmente». En la cita se escucharon especialmente lemas como 'Tourists go home' o 'Tourism kills the city', que en algunas ocasiones han aparecido pintados frente a monumentos turísticos de la ciudad. También se vieron multitud de pancartas contra la masificación, como las que pedían "menos brunch' y más barrio". 'Miris on miris, tot son guiris' fue otra de las quejas más repetidas. Consciente de la situación en los barrios y para tratar de rebajar el malestar, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni insistió, a través de X , en el compromiso firme del Ayuntamiento para limitar la masificación turística y recordó el reciente plan que ha anunciado para suprimir «más de 10.000 pisos turísticos para que vuelvan a ser de uso residencial». En todo caso, poco han tardado los medios internacionales en hacerse eco de lo sucedido. En el Reino Unido, por ejemplo, no ha sentado muy bien que los manifestantes rociaran con pistolas de agua a sus compatriotas. Medios como la BBC , han recordado precisamente que su país es uno de los que atrae más turistas a nuestras fronteras, con aproximadamente un millón de visitantes de media durante el primer trimestre de este año. La cadena, además, publicó un vídeo en sus cuentas, ya viralizado, en donde se aprecia el acoso que sufrieron los turistas durante la misma protesta. En las imágenes se ve, por ejemplo, a visitantes que están comiendo en una terraza a los que, un grupo de manifestantes, les increpa mojándolos con pistolas de agua . Por su parte, el Daily Mail también ha abordado la manifestación y ha titulado con un 'Ungrateful Squirts' (en castellano, 'chorros desagradecidos') su reportaje. Allí también se podía ver como muchos de los participantes iban con pistolas de agua y las usaban contra los turistas que comían al aire libre. El rotativo británico destacó que en la protesta estaba organizada por asociaciones vecinales, y ecologistas, que expresaron su hartazgo ante las consecuencias que acarrea el modelo turístico actual como las dificultades en el acceso a la vivienda. 'Barcelona no está en venta' , 'Vecinos en peligro de extinción' o 'Barcelona no es Disneylandia' fueron algunos de los múltiples mensajes que pudieron leerse.