El discurso ecologista del presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, sobre la conveniencia de cerrar el trasvase Tajo-Segura por falta de agua para los regantes levantinos coincide con su intención de construir dos centros de ocio para turismo con deportes náuticos y hasta cruceros fluviales en los dos embalses que abastecen el acueducto. «Megaproyectos insostenibles y fantasiosos ». Así los califican desde Ecologistas en Acción, que ponen negro sobre blanco la incoherencia del Gobierno autonómico al denunciar la escasez de recursos hídricos cuando habla de transferencias a Alicante, Murcia y Almería, al tiempo que apuesta por un turismo de masas, en la medida de sus posibilidades. Al tiempo que avanza en su tramitación, Page mantuvo en mayo un encuentro con el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, en el que ambos abogaban por una « estrategia nacional » en el reparto del agua sin más conflictos entre regiones porque « es de todos », si bien discreparon en cuanto al recurso a la desalación como alternativa o complemento, respectivamente. Mazón también ha lamentado que la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfica, Teresa Ribera , finalmente no haya reunido a dirigentes autonómicos de todas las zonas concernidas por los trasvases para buscar un planteamiento viable y satisfactorio para todas las partes, tal como se había comprometido. Y mientras se mantiene ese pulso por el aprovechamiento de los recursos hídricos y los reproches al uso en la agricultura, aunque nadie cuestiona el abastecimiento doméstico, surge esta intención de más actividad económica en la cuenca cedente, cuando se había negado el ánimo de lucro en la conocida como la 'huerta de Europa'. Según el diseño preparado por la Agencia Regional del Agua, organismo autónomo de la Junta de Castilla-La Mancha, la ambiciosa iniciativa doble en la cabecera del Tajo consta de un parque multiaventuras en el embalse de Buendía y una embarcación para cruceros fluviales en Entrepeñas, con un coste inicial de 4,9 millones de euros. El estudio de viabilidad ya se presentó en febrero y se contemplan infraestructuras como un embarcadero fluvial, kayaks, cafetería, 14 alojamientos turísticos y un albergue juvenil de 140 plazas. A la vista de estas dotaciones futuras, desde Ecologistas en Acción instan al Ejecutivo de Page a abandonar la idea: «Los nuevos proyectos significarían caer una y otra vez en el mismo error, a la vez que se malgastan fondos europeos , conllevarían un crecimiento turístico que finalmente se traduciría en un mayor gasto de los escasos recursos hídricos que los hace insostenibles». Esta asociación, poco sospechosa de apoyar la interconexión entre cuencas, sí hace ver que con este planteamiento «tampoco se toman en cuenta las actuales reglas del trasvase Tajo-Segura, que supondrán el desvío hacia Levante de unos 200 metros cúbicos de agua en los próximos meses». Aunque eso está pendiente de la actualización de las normas de explotación del acueducto, con perspectivas de nuevos recortes a ese volumen, según los agricultores del sindicato SCRATS. Aparte de las necesidades de agua, Ecologistas en Acción rechazan ambos proyectos de Page porque «se obvian los perjuicios que supondrán para estos espacios, protegidos por la Red Natura 2000, el incremento de la frecuentación humana, la construcción de las nuevas infraestructuras y el peligro de vertidos contaminantes». Estas nuevas necesidades hídricas, en caso de llevar adelante esas instalaciones de ocio náutico y turismo, se suman a los excedentes enviados a Portugal , que prácticamente igualan el volumen estipulado en el Acuerdo de Albufeira entre ambos países (2.500 hectómetros cúbicos), tal como han denunciado los regantes levantinos, tanto SCRATS como Asaja. Al mismo tiempo, se da la circunstancia de que algunos pueblos ribereños de los embalses de Entrepeñas y Buendía se tienen que abastecer en momento de escasez en verano con camiones cisterna , que se achaca a los trasvases mientras los regantes aseguran que han pagado millones de euros cada año cuyo destino teóricamente era dotar de conducciones para evitar precisamente esa penuria para la población. Este cúmulo de circunstancias hace pensar a más de agricultor que parece haber un interés por transmitir siempre que no hay agua, cuando periódicamente se descubren nuevos usos que evidencian lo contrario.
