En los últimos años, la creciente preocupación por construir una sociedad que cuide el medio ambiente y que sea más sostenible, ha empujado a agentes públicos y privados a incrementar exponencialmente sus iniciativas de apoyo a un sector energético en transformación. Este apoyo, que se ha ido extendiendo globalmente, ha pasado de tener un componente principalmente enfocado en el impacto y la generación de una sociedad más sostenible, a tener un importante resultado en la generación de beneficio económico y riqueza. La inversión en nuevas tecnologías que fomenten un sector energético y una sociedad más sostenible han pasado a ser una tendencia de nicho, y con un gran soporte público, a crecer en interés en todas las fases y ámbitos de inversión. Ha sido este creciente interés social, combinado con los incentivos que muchos países han ido concediendo a estas iniciativas, que incluyen desde incentivos fiscales a subvenciones a fondo perdido en investigación y desarrollo, lo que ha atraído a grandes grupos de inversión, mejorando exponencialmente los recursos para que tanto nuevas compañías como compañías establecidas puedan desarrollar soluciones en el ámbito energético. Esto ha permitido que más allá de las grandes compañías en mercados públicos, y de los fondos de inversión sectorizados, tanto el inversor retail como los fondos no especializados accedan a oportunidades de inversión en ámbitos tan diversos como la inversión tradicional en infraestructura energética, como en compañías que investigan soluciones alternativas de captura y tratamiento de CO2. Desde nuestro punto de vista, como inversores en venture capital en fases iniciales, en Demium creemos que hay un sector floreciente y donde las oportunidades de inversión en tecnologías verdaderamente disruptivas son cada vez más grandes. Entrando más en profundidad en compañías emergentes, el aumento de foco en este sector, y la atracción de mayores medios económicos está posibilitando un cambio en la tendencia de los nuevos proyectos que salen al mercado. Si nos fijamos en lo que podría ser la tendencia en inversión en compañías emergentes al comienzo de la última década, veremos que tienen en común un limitado enfoque en investigación y desarrollo, y foco en la explotación de tecnologías existentes, tanto para la generación de retornos en términos de inversión, como en el acceso a nuevas soluciones de consumo energético familiar. Entre los grandes grupos que recibieron una gran atención por parte de los inversores, se encuentran: Infraestructura de generación energética - Como no podía ser de otra forma, el creciente volumen de inversión captado por proyectos de infraestructura para generación eléctrica, que atrajo 6.500 millones de euros en España en 2023, también ha generado el interés del inversor minorista o retail. Es por eso que en los últimos años surgieron, como startups tecnológicas, múltiples compañías que pretendían acercar la inversión en este tipo de proyectos a inversores minoristas, simplificando tanto el proceso de búsqueda de proyectos como el de inversión. Esto ha permitido, no solo incrementar el volumen captado, y democratizar el acceso a productos de inversión alternativos a pequeños inversores, si no también hacer partícipe a la sociedad de los retornos generados por la transición energética. Aunque hay un amplio espectro de opciones de inversión en infraestructuras de generación de energía (hidrógeno verde, biomasa y biogás, etc.), las demandas en este tipo de plataformas siguen siendo los proyectos enfocados en generación solar-fotovoltáica y eólica. Diversas compañías han creado modelos de crowdfunding, por los cuales de una manera 100% digital los inversores pueden tomar participación en uno o varios proyectos, consiguiendo también una diversificación tanto en las tecnologías de originación, como en la localización, etc. Comercialización y compañías energéticas alternativas - Sin duda una de las grandes tendencias en inversión desde 2010, han vivido momentos de alta volatilidad en los últimos meses. Las opciones de comercialización alternativa de energía como las que ofrecen compañías como Holaluz crecieron exponencialmente al amparo de la apertura de un sector controlado históricamente por grupos más grandes. La opción de tener un mayor control sobre la factura energética a la vez que se apostaba por energías más limpias atrajo a un gran número de consumidores, generando también gran interés en inversores, tanto de VC en fases iniciales, como grandes grupos de inversión. En el caso de Holaluz, tras el apoyo de algunos fondos de VC representativos como Axon Partners, salió a bolsa en 2019 y ahora mismo intenta afianzarse tras varios conflictos internos en sus órganos de gestión y una situación financiera complicada. Instalación de servicios de autoconsumo - La creciente preocupación ciudadana por el incremento del precio de la energía ha sido uno de los principales motores del desarrollo que hemos visto en instalaciones de infraestructuras de autoconsumo. Ante la gran demanda, de este tipo de soluciones, principalmente en instalaciones de paneles solares, pero cada vez más también en soluciones de aerotermia, han aparecido compañías que han facilitado el proceso de búsqueda y contratación de servicio de instalación, con un enfoque 100% digital. Entre estas compañías podemos destacar Sotysolar, o Samara, quienes han cerrado recientemente una ronda de inversión con inversores relevantes del ecosistema startup como Seaya, y especializados en el sector energético como Green Generation Fund. Tras esta primera ola de innovación en el sector energético, vemos como cada vez es más fácil encontrar empresas que están haciendo desarrollos disruptivos, o donde la tecnología se encuentra en el centro de su propuesta de valor. El mencionado creciente interés por grandes fondos ha derivado finalmente en que no solo fondos agnósticos como el nuestro dedique una parte de su capital en proyectos de energía, si no que se consoliden fondos como NetZero o Breakthrough y aparezcan inversores en fases semilla como Kira Ventures cuyo principal foco es construir e invertir en proyectos energéticos de impacto (clean energy) de distinta índole o Seven Seas, que plantea acompañar con capital privado empresas de impacto. Este aumento de interés y de flujos de capital hacia compañías en fases iniciales está permitiendo que sus fundadores asuman más riesgos y puedan afrontar desarrollos más complejos. Entre las grandes tendencias para los próximos meses en el sector nosotros destacamos: SaaS verticalizados para el nuevo sector energético: Están surgiendo compañías como Quixotic, recientemente invertida por nuestro fondo que cubren las necesidades de gestión de las compañías surgidas en la primera ola de innovación. Vemos que estos cambios en el sector irán alineados con nuevas necesidades que requerirán soluciones de gestión innovadoras. Proyectos de almacenamiento de energía: El siguiente paso para una mejor gestión energética pasa por un mejor almacenamiento de la energía generada, sobre todo en instalaciones de autoconsumo como son los paneles solares. Creemos que el desarrollo de soluciones accesibles, poco contaminantes y con una capacidad de carga suficiente serán necesarias para seguir viendo un crecimiento exponencial en el sector. Empresas en Estados Unidos como Ambri o Sakuu, que han levantado varios cientos de millones de dólares de inversores privados podrían ser replicadas en nuestro país en este ámbito. Generación de combustibles alternativos: BioEnGas o H2B2 son compañías españolas ya consolidadas en el mercado que investigan e implementan soluciones de biogas/biometano e hidrógeno verde. Captura y gestión de CO2. Dada la complejidad que requiere la continua reducción de CO2, y su impacto económico, se ha apostado en los últimos años por soluciones tangibles que permitan generar, a escala, una captación y tratamiento eficiente del CO2 generado. Solidia Technologies y Noya son compañías que ya tienen desarrollos industriales testados en el mercado, tanto en la captura como en la reutilización del CO2. Es por eso que consideramos que, a pesar de los vaivenes de los últimos meses en el sector de la comercialización de la energía, y los riesgos que entraña un sector muy impactado por la regulación, y por ende, los cambios políticos, es un gran momento para analizar modelos de compañía que utilicen tecnologías innovadoras y que tengan un claro enfoque en solventar los retos a los que nos enfrentamos como sociedad en la construcción de un modelo de generación y consumo de energía más sostenible. Álvaro Callejo. Venture Partner en Demium Capital