Madrid no es sólo la capital o las grandes urbes de la corona metropolitana, Los Móstoles, Leganés, Getafe o Fuenlabrada que superan en población a capitales de provincia como Pamplona, Almería, San Sebastián, Burgos y muchas más. De hecho, de los 179 municipios que conforman la Comunidad Autónoma madrileña, hay 143 que tienen menos de 20.000 habitantes. Y en ellos se están fijando las políticas regionales, con planes que refuerzan el comercio local o amplían la oferta de vivienda asequible para jóvenes. La presidenta Isabel Díaz Ayuso ha visitado una de estas localidades, Batres, y allí ha adelantado más medidas de este plan, como recuperación de los cascos históricos. Con esta fórmula, ha insistido, se ha logrado ya no sólo frenar la despoblación, sino incrementar los residentes en estas plazas en un 7 por ciento en los últimos seis años. Ante los 143 alcaldes de estos municipios más pequeños, la presidenta ha dado cuenta de las iniciativas que incluye el plan Pueblos con Vida, que incluye 13 medidas para la revitalización de estas pequeñas localidades. La meta es atraer población y fijarla en estas localidades, al tiempo que se impulsa su desarrollo económico y se garantiza a sus vecinos los servicios básicos. La presidenta ha defendido que esos pueblos se modernicen y revitalicen, pero «sin perder su calidad ni su entorno». Quiere que tengan servicios de primera, más ofertas culturales y acceso a la vivienda, la formación, el deporte y la cultura. Pero que sigan siendo esos rincones acogedores y con personalidad que atraen al turismo también. Desde hace ya varios años, el Gobierno regional ha estado trabajando para que estos pequeños pueblos de Madrid no cayeran en el abandono y la despoblación. El resultado de las políticas aplicadas -espoleado por el Covid, que llevó a mucha gente de vuelta a los pueblos, y tal vez también por la subida astronómica de los precios de la vivienda en Madrid y su corona- se ha traducido en un primer dato para la reflexión: estas localidades han aumentado un 7 por ciento su población en los últimos seis años. La tendencia a crecer de Madrid, 100.000 personas más al año, es «una gran oportunidad para la Comunidad», recuerda la presidenta regional, y por eso invita a «ser estrategas ahora que somos una región abierta al mundo y atractiva». De ahí el interés en que estos municipios más pequeños ganen en servicios públicos, para que puedan recuperar población y mantengan a los jóvenes allí, con salidas laborales suficientes. Desde el castillo de Batres, declarado Bien de Interés Cultural en su categoría de monumento en 1985, la presidenta regional ha desgranado las medidas que piensa seguir aplicando en estos municipios, y las que incorpora como nuevas al programa. Entre ellas, un Plan de Embellecimiento que contará con ayudas para mejorar la estética de los pueblos y hacerlos más bonitos y más accesibles, además de recuperar su valor patrimonial y arquitectónico y en especial sus cascos históricos. En este sentido, se va a poner en marcha un plan específico de Recuperación del Patrimonio Histórico y Artístico, con el que se pretende «preservar la personalidad e historia de estas localidades, promocionando el turismo local e impulsando su desarrollo económico». Para atraer nuevos habitantes, se va a actuar sobre la vivienda, impulsando tanto la construcción como la rehabilitación de inmuebles, con una serie de deducciones fiscales ya establecidas para los jóvenes que compren o alquilen su residencia habitual en pueblos de menos de 2.500 habitantes. Otra de las iniciativas serán las nuevas subvenciones para apoyar la creación o el mantenimiento de la hostelería y el comercio rural: se trata de que se mantengan el bar del pueblo o el supermercado, tan necesarios para el día a día de estas poblaciones. Estas ayudas se extenderán a las bodegas de Madrid, como modo de apoyo y de estímulo al desarrollo económico de este sector. Habrá también guías de turismo rurales, que compartan su saber y la historia de cada pueblo con quienes los visiten, ha informado Díaz Ayuso. La presidenta regional también ha dado cuenta, durante su visita a Batres, de otra de las patas de este plan de revitalización de pequeños municipios: el Plan de Obras y Servicios Municipales, que garantizará que los vecinos de estas localidades dispongan también de las mejores infraestructuras y servicios públicos en sus propios municipios. Además, algunos servicios ya existentes se mejorarán, para evitar a los vecinos desplazamientos que no siempre son sencillos: por ejemplo, la Oficina Móvil de Atención al Ciudadano, que permite hacer gestiones presencialmente en la propia localidad, va a llegar a todos estos municipios de menos de 20.000 habitantes. Y la Oficina de Banca Móvil, otra gran necesidad en los pueblos, tras la 'huida' masiva de los cajeros, también va a incrementar su frecuencia de paso allí donde no hay oficinas bancarias. Para que algo tan simple como pagar un recibo o sacar dinero de su pensión no se convierta en un farragoso trámite que obliga a tomar un taxi y desplazarse a otro punto. Pensando en que buena parte de la población de estas zonas son mayores, el Gobierno regional va a ampliar el radio de acción del Proyecto Cuídame, la red de cuidados de proximidad, para que los mayores reciban una atención integral y puedan quedarse a vivir en sus pueblos. Y si alguien tiene que desplazarse, va a extenderse el servicio de transporte a demanda a otros municipios de la zona norte de la región, que tiene mayores dificultades de movilidad. Este sistema funciona con precios asequibles con una tarifa fija de cuatro euros por viaje y de ocho cuando el trayecto supera los 40 kilómetros. Por su parte, el Empleabús seguirá prestando servicio semanal para que los madrileños puedan realizar los mismos trámites que en una oficina de empleo sin tener que desplazarse. Y otro capítulo que no se quiere dejar atrás es el relativo a la cultura y los espectáculos: se darán ayudas para que los consistorios puedan adquirir libros y organizar eventos culturales, exposiciones y espectáculos. Se apoyará a los artistas locales y se implicará a los vecinos en la promoción de sus municipios, especialmente a las personas mayores. Una última actividad será la de formación, sobre todo en materias tecnológicas y de digitalización, junto con cursos sobre banca online, hábitos saludables, orientación para la búsqueda de empleo o prevención en la salud de los mayores. Juan Carlos Alañón (PP), alcalde de Batres (1.638 habitantes), ha puesto el dedo en la llaga al recordar que su pueblo, como otros pequeños, «somos el paciente cero». En localidades donde faltan comercio, polígonos industriales y donde se ha sufrido «una inacción generalizada», un asidero para salir y levantar la cabeza puede ser la cultura y el turismo. En su caso, con atractivos como el castillo de Batres, propiedad durante años del marqués de Riscal, las antiguas bodegas de este mismo, o ser la cuna de Garcilaso de la Vega. Ismael de la Fuente (PP), alcalde de La Cabrera (2.613 habitantes), en nombre de los municipios de menos de 20.000 habitantes, ha aplaudido las medidas adoptadas y resaltado sus resultados: en su caso, cinco nuevos negocios a punto de abrirse en su municipio.
