Miguel Molina (Barcelona, 35 años) se ha convertido este domingo en el tercer piloto español en conquistar las 24 Horas de Le Mans tras imponerse en la clasificación absoluta al volante del Ferrari 499P #50, acompañado por el italiano Antonio Fuoco y el danés Nicklas Nielsen. El catalán sucede en el palmarés a Marc Gené, que ganó en 2009 con Peugeot, y a Fernando Alonso , que lo hizo por partida doble con Toyota en 2018 y 2019. Ferrari reedita el triunfo del año pasado en la edición del centenario, aunque con un trío diferente, y su victoria añade el mérito de hacerlo en una de las ediciones más competidas de las últimas décadas, con cuatro fabricantes luchando a brazo partido hasta el final de la prueba. La lluvia ha sido la gran protagonista de estas 24 Horas. Apareció de forma intermitente durante la tarde del sábado, y arreció con fuerza durante la madrugada del domingo. Tanto, que el coche de seguridad permaneció hasta cuatro horas en la pista por la nula visibilidad. La parte buena es que, cuando por fin amaneció y amainó la lluvia, se desataron las hostilidades con nueve coches en la misma vuelta y con opciones de victoria. Entre ellos estaban los dos con presencia española. De hecho, a falta de tres horas ocurrió algo que nunca se había vivido en la historia de la carrera: Miguel Molina y Álex Palou (Cadillac) rodando primero y segundo. Al final el ritmo del Ferrari le permitió entrar en la hora final en cabeza, con la única amenaza de los dos Toyota, que rindieron a un gran nivel en las condiciones más frías. Le tocó al danés Nielsen cruzar la bandera a cuadros como ganador ante la euforia en Ferrari, que refuerza su acierto al apostar por el regreso a Le Mans el año pasado. El podio lo completaron Valentino Rossi , que debutaba en Le Mans al volante de un BMW de la categoría GT3, no pudo terminar la prueba después de que uno de sus compañeros estrellase el coche durante la madrugada.