Tarde de triunfo con sabor aragonés. Jorge Isiegas ante cuatro otros en solitario en la coqueta plaza de Cariñena, en donde además de buen vino se ha sabido saborear el buen toreo. El diestro aragonés apostó por esta corrida para reivindicarse ante los aficionados, como un grito de rebeldía ante todas las dificultades que tienen toreros jóvenes para ascender en el escalafón. Quiso que el festejo fuera en homenaje al que fue su apoderado , Ignacio Zorita, y a fe que respondió a todas exigencias que se le plantearon durante la tarde. Resolvió con oficio y acierto ante cuatro toros, todos diferentes, con los que no surgieron apenas dudas, trasladando la sensación de un torero hecho y a punto para...
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