A Luis de la Fuente no solo le gusta responder a las preguntas de los periodistas con el preámbulo de su nombre de pila. También se esmera en que la relación fluya felicitando a los profesionales si la entrevista o el reportaje ha sido de su agrado. Una actitud alejada del 'star system', del egocentrismo del fútbol, que choca cuando el protagonista es un seleccionador nacional de un país de larga tradición y acostumbrado al ruido permanente y la polémica fácil. Con su talante educado, maneras de pedagogo y las gafas redondas, De la Fuente (Haro, La Rioja, 62 años) no parece un exfutbolista, salvo por un detalle: las piernas arqueadas de tantas tardes en los campos. Ante Croacia debuta...
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