Unos se van donde Cristo perdió el mechero y otros, como Camila de Cornualles , eligen venirse a cazar a España para recuperarse del agotamiento laboral. Claro que es normal y hasta muy humano, porque ser reina es un trabajo muy duro pero aún lo es más saberse, pese a la corona, una pequeña hormiga en el universo. Nos mueven las emociones, por mucho que caigamos una y otra vez en los artificios, brillantes, sí, pero vacuos. Nos dejamos engañar con los altos vuelos y el CGI que todo lo puede, por el truco, pero lo que necesitamos saber no es si explotará bonito o no lo hará, sino ver cómo el conejo sale y respira. De misterios indescifrables hay...
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