Si Vladimir Putin depende muchísimo más de los votantes de Estados Unidos que de los de Rusia, ¿por qué se molesta en orquestar a partir del viernes tres días de elecciones 'fake'? En estos deprimentes tiempos de política comparada –autocracias cada vez más perfectas y coordinadas frente a democracias cada vez más imperfectas y divididas– no parece que el siniestro régimen de Moscú necesite celebrar unos comicios más coreografiados que una función del Bolshói. El 'ruscismo' de Putin (la declinación rusa del fascismo) ha conseguido que todos los líderes opositores estén muertos, en la cárcel o en el exilio, además de instaurar un sistema de propaganda en el que decir la verdad o cuestionar al poder se ha convertido en...
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