Paseaba en bikini por una playa de La Costa Azul cuando un ojeador la paró por guapa en el verano de 1983. Sophie Lecat siempre había sabido que su cuerpo era distinto, algo que las otras niñas le recordaban a diario con sus burlas o, más bien, sus envidias. Era una chica de quince años rubia, delgada, triste y altísima. Por eso los concursos de belleza que ganó a partir de entonces fueron una especie de revancha pero, sobre todo, su billete dorado al mundo de la moda. A los 18 posó vestida de novia y, poco después, Carla Bruni estaba enseñándola a desfilar en París. Milán, Londres, Berlín. El teléfono nunca dejó de sonar en aquella época y, finalmente, se mudó a Barcelona, donde compartió agencia con Judit Mascó , nuestra gran top de los noventa. «Hasta que a los 27 años me empezaron a ver como a una vieja , y se acabó«, recuerda aún con cierto resquemor. «Si tienes el pelo teñido, como era mi caso, no te llaman para ningún cásting» Sophie Lecat modelo sénior Lo que a Sophie nunca se le pasó por la cabeza es que, 25 años después, volvería a trabajar como modelo. La misma industria que la expulsó cuando era una veinteañera, la requiere ya cumplidos los cincuenta. Pero su caso no es aislado, sino una de las miles de historias de lo que han bautizado como la edad plateada del modelaje, de los perfiles 'silver'. Es decir, con canas. «Porque si tienes el pelo teñido, como era mi caso, no te llaman para ningún cásting», resume esta francesa que siguió viviendo en Barcelona. Como ella, lucen melena plateada Pino Montesdeoca y Guiomar Alfaro , nuestras modelos sénior más conocidas. O la actriz Ángela Molina con sus característicos mechones blancos, que desfiló hace unos días para Miu Miu en la semana de la moda de París. También estuvo allí, precisamente, Pino Montesdeoca, que acompañó a la diseñadora española Teresa Helbig en su primer desfile en la capital francesa. La edad media de las pasarelas sube progresivamente, pero la demanda es aún más visible en publicidad donde, hasta hace no mucho, se buscaban jóvenes de veinte años para anunciar cremas antiarrugas. PROTAGONISTAS DE PORTADAS Y CAMPAÑAS Arriba, la tatuadora Apo Whang-Od, de 106 años, que fue la mujer más longeva en protagonizar una portada de Vogue. Sobre estas líneas, la actriz británica Maggie Smith (89 años) en una campaña de finales del año pasado para Loewe. A la derecha, la ya fallecida escritora y periodista Joan Didion que en 2015 revolucionó Internet cuando posó para la firma Céline. VOGUE/ LOEWE /CÉLINE Aquello es cosa del viejo marketing: a finales del año pasado una Maggie Smith de casi 90 años posaba en una campaña para Loewe que se hacía viral. Pero España ha llegado con algo de retraso a esta tendencia. Todo había arrancado en Europa allá por 2015, cuando la ya fallecida escritora Joan Didion protagonizó un anuncio para Céline con unas gafas de sol XXL . Una mujer de 80 años había roto internet del éxito. Desde entonces han pasado casi diez años, pero es ahora cuando las agencias españolas de modelos empiezan a percibir que algo está cambiando. «Está habiendo un incremento de peticiones de perfiles maduros. Tanto para publicidad, como para desfiles, campañas y editoriales fotográficas«, explica una 'booker' de moda de 5th Models. Las otras dos agencias con las que ha hablado este diario lo confirman: la industria empieza a reflejar más fielmente la diversidad de su audiencia y la mujer adulta se lleva. Aunque, luego lo contaremos, con alguna que otra trampa. Sophie Lecat (56) y Sergi Puig (53) posando para una fotógrafa en un estudio de Barcelona INÉS BAUCELLS ¿Cobran lo mismo? Sí, e incluso según qué perfil sénior podría aspirar a mejores tarifas, todo depende del caché de la modelo. Es distinto lo que viven los profesionales masculino s , que se enfrentan a varias paradojas. Como explica el director de la agencia Six Management, Alejandro Escohotado, los hombres a partir de los cincuenta ya gozaban de una mayor demanda en el sector de la publicidad. « El 'gentleman' siempre estuvo solicitado« , añade Álvaro Vicente, de Mirrorred Agency. Pero, en pasarela, ellos aún tienen mucho camino por recorrer. A remolque Así lo relata Sergi Puig , que en su juventud se ganaba la vida como guía de viajes en África y ahora, a sus 53 años, trabaja como modelo sénior o, como lo llaman algunos, 'timeless' (eterno). Él no es muy optimista y reconoce que «las mujeres 'silver' son su sana envidia «. Para desfilar -y que no le falte trabajo- tiene que irse a Milán o a París donde su cabello largo y canoso «gusta mucho». Pero aquí, dice, aún vamos a remolque pues el negocio sigue siendo femenino. «Si te vas a Florencia lo ves en las tiendas: la moda masculina es una religión. Pero no nos engañemos: a muchos hombres españoles les siguen vistiendo sus mujeres. Por no hablar de los perfiles 'curvy'... ¡Ni existen!», cuenta este catalán. España va algún paso por detrás, pero hay que recordar que el modelaje es un 'invento' de mediados del siglo XX. El los años 50 las modelos eran más anónimas, en los 90 fue el momento de las 'tops'... La pasarela es un reflejo de la sociedad en la que vivimos, ahora envejecida y también presa de lo 'woke'. «La reivindicación de la mujer está ahí y lo que estamos viendo en moda es muy positivo. Pero lo cierto es que en pasarela sigue habiendo pocas modelos sénior. A veces, su presencia responde más a cumplir la cuota de lo políticamente correcto« , afirma Pepa Bueno, al frente de la Asociación de Creadores de Moda de España (Acme). Aunque, dice Bueno, hay cada vez más diseñadores para los que no es «un pegote», sino un discurso. En estos casos siempre sale el nombre de Adolfo Domínguez , que fue un pionero. «Ellos nunca reivindicaron lo viejo, sino lo atemporal», comenta Raquel Espantaleón, directora de estrategia de la agencia publicitaria Sra. Rushmore. Esta profesional indica que las marcas (también las propias agencias) se van dando cuenta de que la pirámide de población está invertida y el consumidor a partir de 45 años es más numeroso y tiene mucho más poder adquisitivo. Es decir, que veamos rostros más envejecidos en los anuncios de moda y belleza tiene que ver con el marketing, con que el potencial cliente se sienta identificado. «En publicidad siempre han aparecido abuelos, pero las campañas no iban dirigidas a ellos, sino a los jóvenes . A excepción, claro, de algunos productos como el 'Tena lady' o el pegamento para dentaduras postizas. Ahora esto se va ampliando, aunque todavía tenemos que hacer mucha pedagogía. Es tradición que las marcas quieran rejuvenecer«, señala Espantaleón. Opina, además, que existe un problema con los estereotipos pues las mujeres que hoy tienen 60 años son como las de 40 de hace décadas: «El moño blanco, el bastón...eso ya no es real. Hay abuelas de 90 años que chatean». Se les exigen las canas, sí, porque esa estética forma parte de la imagen preconcebida de madurez. «Puedes tener la edad que quieras, pero no parecerlo» Ahora bien, son modelos -tanto ellas como ellos- con unas medidas perfectas, algo que a ciertas edades es prácticamente imposible o, desde luego, muy minoritario. En esto profundiza la investigadora en moda y estilista Esther Yance, que critica que en muchas campañas 'silver' sobrevuele una idea que tiene poco de inclusiva y feminista: «Puedes tener la edad que quieras, pero no parecerlo» . A fin de cuentas, una trampa, pues la Jane Fonda que anuncia cremas antiedad acumula unas cuantas visitas al cirujano plástico. El fenómeno tiene sus matices, aunque para mujeres como Sophie Lecat ha hecho que vuelva a disfrutar bajo los focos y hasta protagonizará una portada en primavera junto a otras 'silver'. Con todo, en España aún falta para que, como en Estados Unidos, los ojeadores vayan en busca de modelos al supermercado.
