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a gran mayoría de nuestros productos de belleza varían en función de la estación del año y
no son los mismos los que utilizamos durante los meses de calor que en los de frío. Esta máxima se aplica a muchos ámbitos
beauty, desde los perfumes que utilizamos -en verano tienden a ser olores más frescos y ligeros- hasta el tono de nuestra base de maquillaje -que se oscurece en verano y se aclara en invierno-. Y también, por supuesto,
a nuestras uñas.
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