Las aproximadamente 90.000 personas desplazadas por la crecida del río Paraguay, la mayoría de ellas de los barrios más humildes de Asunción, pasarán este jueves la Navidad prácticamente a la intemperie, en improvisados refugios de madera que han tenido que construir ellos mismos en calles y plazas.
La cifra obedece al último recuento del departamento de Emergencia y Desastres de la Municipalidad de Asunción, que colabora en las labores de evacuación con la Secretaria de Emergencia Nacional (SEN).
El número de evacuados va creciendo a medida que sube la altura del río, que hoy alcanzó la cota histórica de los últimos 20 años, los 7,71 metros.
La altura supera los 7,50 metros que iba a alcanzar el río esta Navidad, según la SEN.
La situación de los damnificados se complicó debido al temporal de viento y lluvia que golpeó Asunción y el departamento Central, y que causó la muerte de cuatro personas, después de que dos árboles cayeran sobre los dos vehículos en que viajaban las víctimas.
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El temporal provocó riadas, cortes de luz en gran parte de Asunción y daños en muchos de los cerca de cien refugios que dan techo a los desplazados.
De esta manera, mientras que los centros comerciales del centro de Asunción estaban llenos de gente haciendo compras de última hora, solo unas calles más abajo, en dirección a la bahía, miles de familias solo pensar en rescatar sus enseres de sus casas inundadas.
O en cómo pasar otra jornada de tormenta como la de este jueves sin que todo su refugio se vuelva a empapar.
Y es que Asunción vuelve a vivir una situación de emergencia humana ya repetida, puesto que el año pasado el río actúo de la misma manera, desplazando a 85.000 personas en la capital y a más de 200.000 en todo el país.
Precisamente, unos 10.000 de esos evacuados siguen en los refugios asuncenos desde aquella crecida.
#AnálisisNTN24 Pasar Navidad en otro país es casi imposible para muchos venezolanos --►https://t.co/7QNc0PgIWF pic.twitter.com/56HKjC6gkZ
— NTN24 (@NTN24) diciembre 14, 2015
Entre el grueso de desplazados, la mayoría son menores de 14 años, aproximadamente un 60% son niños y adolescentes, según datos de la ONG local Centro de Ayuda Mutua Salud Para Todos (Camsat), que trabaja en los Bañados, como se conoce a los barrios humildes que se han formado a la vera del río en los últimos diez años.
Otros damnificados proceden de la Chacarita, barrio pobre tocante con la bahía que ahora ha "subido" hasta el centro histórico de Asunción, donde los vecinos han levantado toda una barriada de casetas de madera y techo de zinc.
Es el caso de Vidalia Esquivel, de 53 años, quien recuerda que en la Chacarita había ocurrido dos veces más una crecida similar, pero con un espacio de una década entre cada una.
"Primera vez que estamos pasando acá en la calle la Navidad", dijo a Efe Esquivel, mientras preparaba la típica "sopa paraguaya", la única sólida en el mundo, pues es en realidad una torta de maíz y mandioca.
Alrededor de ese plato se congregarán en la mesa de Nochebuena su marido, sus 8 hijos y sus 8 nietos.
En los hacinados refugios espontáneos, como los surgidos frente al edificio del Congreso, El Cabildo y la Catedral Metropolitana, se apilan hileras de casetas semejantes a las de Esquivel.
Algunas están unidas por cables y cuerdas de las que tiende la ropa tendida o que sostienen frágiles toldos de plástico, que apenas resisten las torrenciales lluvias de estos días.
"Hoy es la Navidad y ya ve como estamos pasando. Hacen falta muchas cosas, ayer con la tormenta el viento se llevó los tejados de toda esa gente y aquí no ha venido nadie del Gobierno a ayudar", dijo Esquivel.
Esa falta de atención estatal que denuncian, que ha provocado incluso manifestaciones de los afectados, les ha movido a participar de una iniciativa artística inusual, ya que han decorado las paredes exteriores de sus casetas con citas de frases "celebres" del presidente paraguayo, Horacio Cartes".
"Usen y abusen del Paraguay" o "Paraguay exporta pobreza a España", son algunas de las declaraciones de Cartes que en grandes letras negras sustituyen con ironía al decorado navideño.
Colaboración EFE