“¡Siento la necesidad de caminar!”, exclamó la primera paciente con parálisis a la que implantaron un chip en el hipotálamo. Es como si ese implante en el cerebro le estuviera diciendo a los lesionados medulares “levántate y anda”. Y en efecto, eso ocurrió. ¿Milagro? No, ciencia básica y aplicada en el laboratorio de los prodigios de la Universidad Politécnica Federal de Lausana (Suiza). El tándem de los neurocientíficos Jocelyne Bloch y Grégoire Courtine lo han vuelto a hacer.
- Han conseguido que dos voluntarios lesionados medulares, sin movilidad en las piernas, se hayan podido levantar y caminar unos pasos. Lo han hecho mediante un implante para estimular profundamente una región concreta del cerebro que ya habían visto en roedores de laboratorio que podía funcionar. Acaban de presentar el resultado en Nature Medicine.
- Vieron que la región que mejor respondía era una que no tenía nada que ver con la movilidad de las piernas: el hipotálamo. Esta zona está vinculada, entre otras cosas, “con la motivación y la recompensa”, señala Courtine. ¿Volver a andar es una cuestión de fuerza de voluntad en personas con parálisis? No tan rápido.
- El equipo de Bloch y Courtine busca desde hace años recuperar las conexiones nerviosas perdidas en personas con extremidades inmovilizadas tras lesiones medulares. Ya ha conseguido que parapléjicos vuelvan a caminar gracias a electrodos personalizados en el cerebro o puentes entre este y la médula e inteligencia artificial. También han permitido a otros recuperar la movilidad sin siquiera implantar nada, sólo poniendo los chips sobre la piel del cuello. Igualmente, este año presentaron a pacientes de párkinson que reducían espasmos y podían subir escaleras gracias a implantes en el cerebro.
Los dos pacientes notaron la mejoría al instante; continuaron su programa de rehabilitación “hasta no necesitar el andador”, añade Wolfgang Jäger, lesionado medular que está en silla de ruedas desde 2006, tras un accidente de esquí. ”Ahora sé que puedo con una escalera de pocos peldaños”.
¿Será la recuperación definitiva? Está por ver. Pero hay esperanza. Como explica Jordan Squair —colaborador de Bloch y Courtine en la spin off Neurorestore– después de un tiempo, los pacientes siguen recuperando la movilidad sin necesidad de activar el implante. Se ha visto una reorganización de las neuronas de ese puente roto entre cerebro y médula.
Desde el SMC de España, María Concepción Serrano López-Terradas (ICMM-CSIC) celebra este nuevo avance, que consolida la vía de la electroestimulación abierta por Bloch y Courtine. Pero recalca que, “como los propios autores indican, esto es solo el comienzo. Habrá que verificar el impacto a corto, medio y largo plazo de la estimulación cerebral profunda, descartando efectos adversos severos relacionados con la aplicación de la terapia”.
- En ningún caso se puede inferir de este descubrimiento que recuperar la movilidad en lesionados medulares sea una cuestión de voluntad, por más que el hipotálamo esté implicado. Otra cosa es que la motivación del paciente sea positiva para su evolución, como en otras dolencias. Pero no la cura.
Lo que sí se prueba es que “hay una conexión directa del hipotálamo lateral con la formación reticular del tronco del encéfalo (una parte de difícil acceso quirúrgico)”, añade Juan de los Reyes Aguilar (Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo e IDISCAM). Es decir, el hipotálamo parece claramente ligado la una zona con abundantes conexiones con la médula y puede favorecer el recableado en personas que han perdido esas conexiones.
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Estudio de Courtine et al. en ‘Nature Medicine’, 2024
Jocelyn Bloch (EPFL)
Jordan Squair (.Neurorestore)
María Concepción Serrano López-Terradas (ICMM-CSIC)
Juan de los Reyes Aguilar (Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo e IDISCAM)