En España hay cinco aeropuertos españoles que son de gestión autonómica, es decir, no están controlados por Aena, la sociedad semipública de gestión aeroportuaria. Estos se ubican en Castellón, Alguaire (Lleida), La Seu d’Urgell (Lleida), Teruel y Ciudad Real.
El aeropuerto de Castellón destaca por haber sido el más costoso en su construcción (158 millones de euros, según un informe de auditoría de la Generalitat) y también el que más pérdidas genera (151 millones desde 2005, según sus cuentas anuales).
También generan pérdidas millonarias los dos aeropuertos catalanes. La sociedad pública Aeroports de Catalunya acumula, en total, unas pérdidas de 18 millones y subvenciones por 130 millones desde 2014.
El aeropuerto de Teruel, en cambio, es el único rentable, pese a que no acoge apenas vuelos comerciales. Su reconversión en aeropuerto industrial, ofreciendo servicios de mantenimiento, estacionamiento y reciclado de aeronaves, ha resultado más lucrativo.
Finalmente, el aeropuerto de Ciudad Real, de titularidad y gestión privada, no tiene rutas fijas ni vuelos programados, y la empresa que lo gestiona acumula una deuda con Hacienda de 6,2 millones de euros, como figura en el Registro Mercantil. La empresa tiene pérdidas de 15 millones de euros desde 2009, según el mismo documento. Recientemente, ha saltado al foco mediático por la propuesta del Gobierno, ya descartada, de reconvertirlo en un centro de acogida de menores no acompañados.
