En los últimos años han aparecido carabelas portuguesas en las playas de España y han obligado a ayuntamientos y comunidades a desarrollar protocolos de actuación.
Cómo son. Por su forma, las carabelas portuguesas son parecidas a las medusas, pero, en realidad, son un tipo de hidrozoo, como explican en el Ministerio para la Transición Ecológica.
- Se componen de un “flotador relleno de gas, violáceo y transparente con una cresta o vela en la parte superior que le facilita los desplazamientos”, detallan.
- Es una especie “típica de las aguas templadas del Atlántico”, pero se ha visto también en zonas del Mediterráneo, entre otras cosas, por el cambio climático y la falta de depredadores.
Qué se recomienda. En caso de picadura de una carabela portuguesa, el Ministerio de Sanidad aconseja seguir varios pasos:
- Limpiar la zona afectada por la picadura, pero sin frotarla, con agua salada del propio mar o suero salino, pero nunca con agua dulce.
- Avisar al socorrista o acudir al puesto de vigilancia para ser atendido.
- Eliminar los restos de tentáculos de la carabela que puedan quedar adheridos a la piel usando algún objeto, nunca con las manos directamente.
- Aplicar frío a posteriori en la zona afectada.
- Evitar la exposición de la herida a la luz del sol.
- Si el dolor es muy intenso, ir al médico.
- Sanidad también recomienda aplicar una solución tópica de bicarbonato de sodio.
Qué efectos puede tener. La picadura de la carabela portuguesa puede llegar a producir un dolor muy fuerte y provocar lesiones locales (inflamación, enrojecimiento, ampollas, descamación y reacciones cutáneas en otras zonas de la piel), explica Sanidad.
- Es efecto de la sustancia tóxica que segregan por sus tentáculos, que pueden llegar a alcanzar los 20 metros de longitud.
Fuentes
Ministerio para la Transición Ecológica
Ministerio de Sanidad