Laura Gil se define a sí misma como una persona centrada en jugar al baloncesto, carente de estímulos externos que le lleven a priorizar el espectáculo y focalizada en un trabajo no siempre visible. “La madurez de tener 32 años y estar bien conmigo misma me está ayudando mucho”, dice a Newtral.es antes de afrontar París 2024, sus terceros Juegos Olímpicos.
Tokio 2020 supuso un punto de inflexión en la carrera de Laura Gil. “Fallé tiros que a ojos de cualquiera eran muy fáciles. Intenté ayudar al equipo, pero no fue suficiente”, dijo en una carta tras quedar fuera de la pelea por las medallas y recibir un aluvión de críticas, a las que respondió: “Mensaje a aquellas personas que piensan que por tener una opinión pueden faltar el respeto: todo el mundo tiene derecho a opinar, pero no todas las opiniones son respetables”.
Tras esta experiencia negativa en los anteriores Juegos Olímpicos y una posterior lesión del tendón de Aquiles, Laura Gil (Murcia, 1992) vuelve a disfrutar. “Durante años he sufrido comentarios y críticas, no ha sido una carrera de un camino de rosas. Nunca he estado en el foco, pero soy esa jugadora que te da sacrificio, defensa y un pase extra. Por eso es importante saber estar en tu sitio, en tu centro, saber escuchar. A veces estás perdida y escuchas cualquier opinión, y no todo es respetable. La gente de fuera no va a cambiar”, lamenta.
Laura Gil comenzó a trabajar con un psicólogo. “Necesitaba estar bien y he hecho un trabajo para estar bien en mi vida, no en unos Juegos Olímpicos, pero evidentemente repercute. Afortunadamente no siento una presión extra y sí un montón de gente que me quiere. Me he dado cuenta de que cuanto más se disfruta, mejor se juega”.
Trabajo físico y mental, una nueva experiencia en Francia y la responsabilidad de ser una de las jugadoras más experimentadas marcan el camino de Laura Gil en París 2024. “Voy a jugar, sé que tengo responsabilidad y voy a ayudar dentro y fuera de la pista, pero no voy a coger más responsabilidades de las que me tocan. Cuando me rompí el Aquiles lo tuve claro: voy a disfrutar, y es lo que estoy haciendo”.
El espectáculo y los highlights, dice, son otra cosa ajena al baloncesto. “Para mí un jugadón es en el que todo el mundo defiende, recupera el balón y corre”, dice sobre la evolución de este deporte. “Siento que tenemos una responsabilidad con los niños y niñas que ven lo que hacemos, me fijo en cómo hablamos a una árbitra o a una compañera rival. Somos referentes, siempre hay que mantener la esencia del baloncesto”.
Laura Gil llevará el dorsal 6 en honor a su compañera Silvia Domínguez, ausente por lesión. “Ella se quería retirar en estos Juegos Olímpicos y merecía terminar su recorrido en la pista. Cuando pienso en París 2024, pienso en ella”.
Esfuerzo, sacrificio y entrega son valores, dice, que tienen que estar sí o sí en la selección y que la propia jugadora transmitía en el vestuario. “No somos ni las más altas, ni las más fuertes, ni las más rápidas, pero en los momentos importantes siempre estamos. Si hay que tirarse diez veces a por un balón, nos tiramos doce”.
Entrevista Laura Gil
Federación Española de Baloncesto
Comité Olímpico Internacional
