Adrián lleva tatuado en el brazo el ojo de un abuelo que nunca conoció. Sobre el pecho, el recuerdo de su gran cicatriz, los problemas de corazón que le apartaron del fútbol cuando su carrera despegaba. Bernabé (Barcelona, 2001) vivió de niño las consecuencias de un traspaso del Espanyol al FC Barcelona, emigró al Manchester City con 16 años, y acaba de liderar al Parma para ascender a la Serie A antes de representar a España en los Juegos Olímpicos de París 2024. “Me siento un privilegiado”, cuenta a Newtral.es. “Las expectativas son altas, el objetivo está claro que es el oro”.
Asentado en Italia, el centrocampista español piensa que su carrera empieza a ver frutos. “Es mi tercer año como profesional y siento que las cosas van muy bien, ha sido con diferencia el mejor, pero sé que no he llegado ni a un 60% de lo que puedo dar como futbolista. Me queda mucho que aprender y hacer, solo espero que sea el inicio de cosas buenas”, comenta.
Esas cosas buenas comenzaron cuando apenas era un niño. Su calidad sobresalía en las categorías inferiores del Espanyol, donde en numerosas ocasiones recibía ofertas para salir. “Yo siempre decía que no porque me divertía jugando con mis amigos, me daba igual jugar en el Espanyol que en el patio del colegio”, recuerda.
La lógica del fútbol pre profesional acabó imponiéndose, y Adrián Bernabé acabó fichando por el eterno rival, el FC Barcelona, despertando las críticas. “Mis padres lo pasaron mal, aunque yo era muy pequeño y no me enteraba”, dice, pidiendo empatía especialmente cuando se trata de niños. “Hay que respetar las decisiones de las personas”.
La irrupción del Manchester City de la mano de Pep Guardiola le llevó a emigrar a Inglaterra con solo 16 años. La experiencia fue formadora y previa a su gran experiencia profesional en el Parma. Pero, antes incluso de debutar, vivió el gran revés de su vida: una anomalía del corazón. “Fue un momento muy difícil donde intenté respaldarme en mi familia”.
Superada la intervención del corazón, vivió una contrarreloj para volver. “Es como una lesión grave de rodilla, primero tienes que aceptarlo y luego ver que tienes muchos meses de baja por delante”, dice, destacando la huella que estos momentos dejaron en su vida. “Una baja tan larga te hace fuerte mentalmente, son cosas que no pasan a todo el mundo, es un gran aprendizaje”.
Con 23 años, Adrián Bernabé ha sido una pieza fundamental en el Parma, que la próxima temporada disputará la Serie A. Su polivalencia en el centro del campo le ha convertido en uno de los elegidos de Santi Denia para disputar los Juegos Olímpicos de París 2024. “Ojalá esto sea solo el principio”, dice, esperando la oportunidad. “En este tipo de torneos todos sumamos, lo importante es estar unidos y tener la suerte necesaria”.
Bernabé, que recibió el anuncio de la convocatoria por mensaje, siente orgullo al verse entre los elegidos para los Juegos Olímpicos. “Que te llame tu país para representarlo en unos Juegos Olímpicos es por lo que todo deportista sueña cuando empieza a practicarlo. Voy a intentar representar al país de la mejor manera posible. Lógicamente habrá miles de chicos que tienen un talento increíble y que no están aquí, por eso me siento un privilegiado”.
La timidez es una de sus características en un vestuario donde sobran las bromas. El buen humor, dice, es clave en unos Juegos Olímpicos que se deciden en dos semanas de alta tensión y fatiga. “Mi madre siempre me dice que disfrute, que juegue como cuando era pequeño, porque eso será buena señal de que lo estoy haciendo bien”, concluye.
Entrevista Adrián Bernabé
