Aunque la situación no es tan crítica como el año pasado, Doñana sigue padeciendo los efectos de una sequía que lastra a sus ecosistemas desde hace una década. Algo parecido sucede en el parque nacional de Las Tablas de Daimiel. En ambos lugares, no sólo hay un problema con la cantidad de agua, sino con su calidad. Ahora, un estudio liderado por varios grupos del CSIC ha encontrado pesticidas de forma generalizada tanto en Doñana como en Las Tablas de Daimiel. Y hay algo “preocupante”:
“En Doñana y en las Tablas de Daimiel se observa la influencia de productos fitosanitarios que se utilizan en los cultivos circundantes”. Esta contaminación en muchos casos “puede ser peligrosa para la fauna acuática y, sobre todo, para a la biodiversidad”, resume la experta en seguridad alimentaria y ambiental Yolanda Picó, coautora del estudio e investigadora del Centro de Investigaciones para la Biodiversidad.
En los últimos años, se han encontrado problemas relacionados con la agricultura intensiva en áreas protegidas por su daño potencial a la fauna silvestre. La invernada de Doñana de 2024 ha sido la peor desde que hay registros, según datos de SEO-Birdlife, que ha contabilizado 122.196 ejemplares, un 60% menos que en 2023 y un 80% menos que en 2021.
La falta de lluvias no lo explica todo. La detección de mayores niveles de contaminación en puntos cuyo caudal, en el momento del muestreo, era menor “pone de manifiesto que la escasez de agua provoca el aumento de la concentración de la contaminación”, subraya Miguel Ángel Bravo, conservador del espacio natural de Doñana y coautor del trabajo.
Estudio de Peris, Eljarrat et al. en ‘Chemosphere’, 2024
Ethel Eljarrat (IDAEA-CSIC)
Yolanda Picó (CICE-CSIC-UV-GVA)
Miguel Ángel Bravo (EBD-CSIC)