París, 4 dic (dpa) - Con una aplastante mayoría absoluta de 551 votos a favor por seis en contra aprobó la Asamblea Nacional francesa la prórroga por tres meses del estado de excepción una semana después de los atentados en París del 13 de noviembre.Sin embargo, actualmente se alzan voces de alarma, puesto que el Gobierno socialista de François Hollande quiere alargar el estado de excepción a seis meses darle carácter constitucional. Por ello, cada vez más políticos franceses alertan sobrfe el peligro de que se abuse de la situación actual.Para las elecciones regionales de este domingo, sin embargo, la obsesión por la seguridad del gobierno socialista, que en los últimos tiempos se vio acosado por el avance del partido ultraderechista Frente Popular, puede jugar a su favor.Tras los atentados del 13 de noviembre, que se saldaron con 130 muertos, Hollande se adueñó de los temas favoritos del Frente Nacional: seguridad, patriotismo e identidad. El gobierno llamó a sus ciudadanos a honrar la memoria de las víctimas del terror izando la bandera francesa. Incluso el himno nacional, de capa caída en los últimos tiempos, volvió a ponerse de moda.La Marsellesa, que contiene pasajes como "Hasta que la sangre de nuestros enemigos tiña nuestros campos" o "Vuestros hijos y compañeros serán degollados", era considerada por muchos hasta hace no mucho tiempo como sangriento y racista y era mal vista sobre todo por la izquierda.En mayo del 2014, la ministra de Justicia, Christiane Taubira, afirmó que no volvería a cantar el himno en actos conmemorativos o festivos, algo que enfureció a los conservadores opositores y a los extremistas de derecha.Sin embargo, la ola de patriotismo que se vive en Francia parece estar beneficiando al presidente Hollande mucho más de lo que cabía esperar.Según una encuesta del instituto Ifop, la valoración del presidente se ha disparado hasta un 50 por ciento, un salto de más de 20 puntos. Por diferentes segmentos ideológicos, la valoración de Hollande ascendió 24 puntos entre la izquierda y 16 entre la derecha. La imagen del Frente Nacional también mejoró en las encuestas tras los ataques.El primer ministro francés, Manuel Valls, pertenece al sector más obsesivo con la seguridad, algo en lo que sus críticos ahondan acusándole de fomentar el miedo. Tras los ataques, Valls, de 53 años, llegó a advertir sobre el peligro de sufrir nuevos ataques con armas químicas y exigió que se frene inmediatamente la afluencia de refugiados. "Si decimos que estamos en guerra y que tenemos que lidiar con una amenaza terrorista puntual, hay que ser consecuente", repite como argumento.Durante el estado de excepción, las autoridades de seguridad francesas tienen comopetencias más amplias. Se están cerrando páginas web, disolviendo asociaciones radicales en mezquitas y se puede poner bajo arresto domiciliario a sospechosos sin orden judicial.Sin embargo, para muchas personas, la intención del Gobierno de alargar el estado de excepción durante seis meses e incluir en la Constitución la posibilidad de privar de la nacionalidad francesa a los terroristas van demasiado lejos.El Front de Gauche, el frente de izquierdas francés, llamó a los ciudadanos franceses a estar atentos ante posibles abusos de autoridad para denunciarlos. En la primera votación para prolongar el estado de excepción durante tres meses, el partido había votado a favor.La ex primera secretaria del Partido Socialista y hoy alcaldesa de Lille, Martine Aubry, criticó sobre todo la medida propuesta por el Gobierno de retirar la nacionalidad a ciudadanos franceses que sean condenados por ataques contra los "intereses fundamentales de la nación". Esta medida, por cierto, la lleva proponiendo el Frente Nacional desde el año 2010.# Información