Recuerdo que nos sentamos frente a frente, las piernas cruzadas, como yoguis siniestros bajo las ramas del árbol. Jaime y yo empezábamos a conocernos y estuvimos así un buen rato. Nos comimos una manzana entre los dos. Miramos las ventanas de Félix Dibós. Escarbamos un poco en nuestra propia oscuridad. Cada vez que vuelvo a Lima, miro los árboles de Magdalena como quien mira esas ya viejas fotos de los noventa: con algo de ternura y un poquito de vergüenza. En fin. He dicho que “miro”, aunque dentro de poco tendré que escribir “miraba”, porque el alcalde de mi distrito ha decidido extirpar algunos de los pocos pulmones que nos quedan. Si talar árboles para que –sea por la razón que sea– pasen más carros es, para el señor Allison, una gran idea, es que este señor no tiene idea de ornato, de bienestar social, de salud, de polución, ni de soluciones urbanísticas del s. XXI. Soluciones que en cualquier gran capital del mundo pasan no solo por reducir drásticamente la circulación de vehículos sino también por aumentar casi desesperadamente –el planeta lo reclama– las áreas verdes para no contribuir al desastre ecológico global que a todas luces se nos viene encima. En fin, hagamos un ejercicio de necedad y dejemos de lado al resto del planeta, ¿cree realmente el alcalde de Magdalena que lo que el distrito necesita, lo que los vecinos del distrito necesitan, son más carros emitiendo CO2 y menos peatones? ¿Cree que la solución a sus problemas –la seguridad, el abandono cultural, la falta de proyectos colectivos– es el ladrillo? Y lo peor y lo más triste, señor Allison, ¿era necesario mandar a estos señores tan envalentonados y enchalecados para intentar amedrentar a los vecinos que, como los del colectivo Magdalena para la Gente, intentan detener este despropósito?
Le cuento otra tendencia mundial de los municipios: la horizontalidad y la participación ciudadana en las decisiones comunes.
A veces se me olvida que a falta de un gran proyecto común, Lima está atomizada en pequeños feudos, cada uno con su pequeño cacique vociferante. ❧