“Los homosexuales mantendrán su actividad desviada para sí mismos, no harán alarde de su estilo de vida, no se les permitirá predicar sus normas sexuales a los jóvenes impresionables, ni influir de otro modo en ellos”, declaraba en 1977 Anita Bryant, cantante y, sobre todo, activista anti-gay y promotora de la campaña Save Our Children (Salvemos a nuestros hijos). Aunque haya pasado casi media década, “estamos asistiendo a un inquietante resurgimiento” del discurso de Bryant, como explica a Newtral.es Susanna Cassisa, investigadora en la University of British Columbia. Y es que en los últimos años, países como Rusia, Hungría, Polonia, Estados Unidos, Italia o Reino Unido están aprobando leyes antiLGTBI alegando que son para proteger la infancia.
La narrativa de la protección de la infancia vinculada a las leyes antiLGTBI se basa, como señala a Newtral.es Ryan Thoreson, profesor de Derecho en la Universidad de Cincinnati, en “estereotipos inexactos y degradantes” sobre el colectivo: “Este discurso sugiere que las personas LGBT son depredadoras de niños o que de alguna manera están ‘reclutándolos’ para convertirlos en LGBT”.
En este artículo publicado en The Yale Law Journal, Thoreson considera que Rusia es uno de los máximos exponentes de cómo instrumentalizar la infancia para aprobar políticas contrarias a los derechos LGTBI, pero recuerda que “algunos de los primeros esfuerzos por restringir la defensa de los homosexuales en nombre de la protección de la infancia surgieron en Estados Unidos y en el Reino Unido”. Por ejemplo, en el Reino Unido de Margaret Thatcher se promulgó una ley (1988) para garantizar que las autoridades locales no promoverían “la enseñanza en ninguna escuela subvencionada de la aceptabilidad de la homosexualidad como pretendida relación familiar”.
La cruzada de Rusia contra las personas LGTBI comenzó en 2013 al aprobar la denominada “ley de antipropaganda gay” y se intensificó en 2023 al añadir “el movimiento internacional LGTB” a una lista de más de 100 grupos considerados extremistas en el país. La norma de 2013 prohibía la “propaganda de relaciones sexuales no tradicionales entre menores”, algo que, como apuntaba The Guardian, suponía “un esfuerzo por promover los valores tradicionales rusos frente al liberalismo occidental, que el Kremlin y la Iglesia ortodoxa rusa consideran que corrompe a la juventud rusa”. A mediados de 2023, Rusia también aprobó una norma para prohibir que las personas trans puedan adoptar menores o convertirse en padres de acogida.
En 2021, Hungría también aprobó una ley antiLGTBI en relación a la protección de los niños. De hecho, lo que se aprobó fue una modificación de una ley anterior de 1997 de protección a la infancia. En concreto, la norma reformada señala expresamente que “para garantizar los derechos del niño, se prohíben los contenidos pornográficos” y aquellos que promuevan o impliquen “cualquier desviación de la identidad sexual de la persona nacida, de la reasignación de sexo y de la homosexualidad”.
Como apuntaba a Newtral.es el jurista Pablo Capel, “la norma compagina prohibiciones de difusión iconográfica o simbólica que tengan relación con el colectivo LGTBI con preceptos que aspiran a impedir la pornografía infantil, la pederastia o el maltrato a menores, por lo que de forma indirecta, se vincula a este colectivo con la comisión de tales prácticas ilícitas”.
Polonia es otro ejemplo de países que abogan por leyes antiLGTBI y las vinculan con la infancia. Entre 2019 y 2020, todavía bajo el gobierno de la extrema derecha de Ley y Justicia, intentó sacar adelante la ley conocida como Stop Pedophilia y que, como explicábamos en Newtral.es, relacionaba la pedofilia con la enseñanza de la diversidad sexual en las aulas.
En Italia, el Gobierno de Meloni emitió una instrucción en 2023 que en la práctica impide la filiación de hijos por parte de parejas homosexuales. Como explica a Newtral.es Antonia Durán, profesora de Derecho Internacional en la Universidad de Salamanca, el de Italia es “un ejemplo más de cómo también las familias LGTBI están en el punto de mira”. La narrativa antiLGTBI y proinfancia no solo trataría de proteger a los menores de la amenaza externa que supondría el colectivo, sino de su propia familia cuando esta es LGTBI, como señala Durán: “Bulgaria, Rumanía y Polonia son países que se oponen a la adopción y filiación de menores por parte de parejas del mismo género. Hay que recordar que solo 38 países a nivel mundial reconocen la posibilidad de que una pareja del mismo género adopte”.
En el Reino Unido, hace unas semanas, el Sistema Nacional de Salud de Inglaterra (NHS) anunciaba que los menores trans dejarían de recibir bloqueadores de la pubertad. The Guardian señala que el Gobierno “acogió con satisfacción la ‘decisión histórica’” al ser “lo mejor para el interés de los niños”. El jurista especializado en derechos LGTBI Curro Peña Díaz recuerda que “estos días, el líder laboralista ha dado entender que quiere prohibir la difusión de ideología de género en las escuelas”.
Estados Unidos es uno de los países más paradigmáticos a la hora de analizar leyes antiLGTBI en relación a la supuesta protección de la infancia. Solo en 2023, como contábamos en Newtral.es, se comenzaron a tramitar 491 políticas contrarias a los derechos del colectivo. Las leyes antiLGTBI en EEUU irían desde prohibir los espectáculos drag hasta restringir el acceso a los tratamientos de género para personas trans, pasando por la criminalización de la educación sexual en las escuelas —las llamadas leyes Don’t Say Gay—.
El último informe de ILGA World, Laws on Us, monitoriza los avances y retrocesos de derechos LGTBI en el mundo. En relación a las leyes antiLGTBI y la infancia, estas son otras políticas que recoge el documento:
“Talleres en los colegios hablan a nuestros niños de ocho años de zoofilia y parafilia”, decía en 2019 Rocío Monasterio, diputada en la Asamblea de Madrid por Vox. Y unos meses después, el líder de esta formación, Santiago Abascal, declaraba lo siguiente como defensa del llamado pin o veto parental: “Queremos proteger a los niños de los contenidos sexuales que se están dando a los niños de 0 a 6 años. No se les tiene que enseñar ningún tipo de juego erótico como se está haciendo en algunos lugares. La enseñanza de juegos eróticos está lejos de la educación y cerca de la corrupción de menores».
Aunque Vox en la Asamblea de Madrid trató de derogar las leyes LGTGBI y trans de la Comunidad de Madrid, en vigor desde 2016, fue finalmente el Gobierno de Ayuso el que modificó sustancialmente ambas normas. Los recortes, como explica Curro Peña Díaz, “van muy encaminados a, supuestamente, proteger la infancia”. Por ejemplo, la reforma añadió en el artículo 23, que versa sobre la libre elección de la indumentaria del alumnado trans, que será “sin menoscabo del debido respeto al resto de alumnos y las normas del centro educativo”.
La atribución de prácticas pedófilas y pederastas al colectivo LGTBI es una herramienta de desinformación recurrente en España, según la investigación Desinformación y discursos de odio en la era digital: análisis comparativo de las narrativas LGTB* en España y Polonia. Como explicaba a Newtral.es Raúl Magallón, profesor del departamento de Comunicación de la UC3M y uno de los autores de la investigación, es habitual acusar a las personas LGTBI de “sufrir trastornos físicos y/o mentales y representar un problema de salud pública”.
En Newtral.es recopilábamos los bulos que más han circulado contra el colectivo LGTBI y uno de ellos es el que afirma que se ha incluido la letra “P” en las siglas del colectivo para representar también a los pedófilos como otra opción válida. Otro ejemplo es el bulo que ubica en una marcha LGTBI la fotografía de un niño mirando con desagrado a un hombre desnudo. Los niños también son utilizados en algunas desinformaciones que dicen que el “lobby izquierdista LGTBI” y las instituciones educativas los están adoctrinando en la “ideología de género”.
Recientemente, los grupos municipales de PP y Vox en Alcorcón pedían al Gobierno municipal que suspendiese la Drag Story Hours, un evento para menores donde la cuentacuentos es una drag queen. “Si promocionan esto en público, imagina lo que le contaran a los niños cuando los padres no miramos. Acaban con la inocencia de nuestros hijos”, tuiteaba Rocío Monasterio.
Como señala la investigadora Susanna Cassisa en este análisis para el Washington Post, es habitual que se acuse de grooming al colectivo LGTBI: “Estas acusaciones infundadas utilizan el término —que describe las tácticas deliberadas de un agresor [adulto] para ganarse la confianza de su víctima [menor]— para sugerir que la mera existencia de personas LGBTQ+ cerca de los niños equivale a abuso”. En resumen, como expone Cassisa, las raíces de esta vinculación entre el grooming, una forma de pederastia, y el colectivo LGTBI provendrían de la conceptualización del sexo entre hombres como algo antinatural y perverso, una forma de depravación.
“Retratar a una persona o a un grupo de personas como una amenaza para los niños es una de las formas más fáciles y eficaces de movilizarse contra ese grupo”, apunta Cassisa en conversación con Newtral.es. Este “pánico moral”, asegura la investigadora, es efectivo en parte cuando parte de la comunidad compra ese discurso “reaccionario”: “En EEUU existe una organización llamada Gays Against Groomers [Gais contra Pederastas], que se ha manifestado abiertamente en contra de cosas como el Drag Story Hours”.
Esta “política de la respetabilidad”, como la define Cassisa, es “contraproducente y francamente peligrosa”, en palabras del jurista Ryan Thoreson: “Quienes creen que vendiendo a partes impopulares o menos ‘respetables’ de la comunidad LGBT conseguirán la aceptación de los conservadores no sirve más que para dar fuerzas a la extrema derecha. Pienso en el proyecto de ley de Florida que prohibía a las escuelas enseñar sobre orientación sexual e identidad de género desde el jardín de infancia hasta tercer grado, y luego casi inmediatamente amplió esa ley hasta octavo grado, y otros estados adoptaron luego políticas que se extendían hasta la escuela secundaria”. El objetivo, según este investigador y profesor, siempre va a ser “una forma más expansiva” de LGTBIfobia.
El jurista Curro Peña Díaz explica que “la ley anti-homosexualidad de Uganda ha estado rodeada de este discurso sobre que la homosexualidad es un invento occidental para convertir a los niños en homosexuales”, pero recuerda que “esta norma no se entiende sin la influencia de iglesias evangélicas y lobbies ultraconservadores de EEUU, principalmente por la presencia de predicadores cuya influencia en la elaboración de esta ley es innegable”. “No es un discurso endémico de ningún lugar, sino global. Es cierto que se adapta a la realidad de cada país. En algunos puede ser más efectivo oponerse al aborto y en otros, al matrimonio igualitario o a los derechos trans… Siempre hay una puerta de entrada para introducir todo un conglomerado de valores que van en contra de la autonomía personal”.
From Child Protection to Children’s Rights: Rethinking Homosexual Propaganda Bans in Human Rights Law (The Yale Law Journal, 2015)
Laws on Us (Ilga World, 2024)
Desinformación y discursos de odio en la era digital: análisis comparativo de las narrativas LGTB* en España y Polonia
Curro Peña Díaz, jurista especializado en derechos LGTBI y coautor del informe Laws on Us
Susanna Cassisa, investigadora especializada en derechos LGTBI en la University of British Columbia
Ryan Thoreson, profesor de Derecho en la Universidad de Cincinnati
Antonia Durán, profesora de Derecho Internacional en la Universidad de Salamanca
Washington Post
The Guardian
New York Times