La Audiencia Nacional ha confirmado el procesamiento del expresidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales por el beso no consentido a la futbolista Jenni Hermoso durante la final del Mundial femenino de fútbol el pasado 20 de agosto en Sídney. La Sala de lo Penal responde al recurso de los cuatro investigados al auto del juez Francisco de Jorge en el que proponía mandar a juicio tanto al expresidente como a otros tres investigados por coacciones: Jorge Vilda, Albert Luque y Rubén Rivera.
La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha rechazado los recursos de apelación que presentaron el exseleccionador, el exdirector deportivo y el que fuera responsable de márketing de la RFEF. La Sala considera que los hechos que se describen en el auto recurrido recogen indicios que encajan en la descripción típica de un delito contra la libertad sexual y otro de coacciones. Los hechos, dice, son susceptibles de encuadrarse en los dos delitos, por lo que el desafío probatorio corresponderá a la fase del plenario y no a la instrucción.
Las coacciones que se describían en el auto del juez se produjeron en diferentes escenarios y momentos de los días posteriores a la celebración del Mundial femenino de fútbol. Jenni Hermoso, según aseguró el juez, sufrió presiones durante el vuelo de regreso a España y su estancia en Ibiza para posicionarse públicamente a favor de Rubiales.
Por este motivo, el pasado 27 de marzo la Fiscalía solicitó una pena de dos años y medio de prisión para el expresidente de la RFEF Luis Rubiales por los delitos de agresión sexual y coacciones tras narrar el “hostigamiento” al que fue sometida la futbolista Jenni Hermoso.
La delantera de la selección española Jenni Hermoso declaró el pasado 2 de enero en la fase de instrucción en la línea de lo manifestado públicamente a través de redes sociales y medios de comunicación. Ante el juez, corroboró que el beso fue “inesperado y en ningún momento consentido”. Además, aseguró que dos miembros de la RFEF investigados, refiriéndose a Albert Luque y Rubén Rivera, la “atosigaron”, generando en ella una situación de “desasosiego y tristeza”.
