‘Red pill’, ‘incel’ y otros conceptos clave de la llamada ‘manosfera’

Estos términos están cada vez más presentes en los discursos antifeministas en redes sociales y son utilizados en ciertos subgrupos de la manosfera para reafirmar su masculinidad.

Los mensajes antifeministas o machistas no son nuevos, pero han encontrado otro nicho de difusión en las redes sociales, como señalan las expertas consultadas por Newtral.es. Términos sexistas como el body count están cada vez más presentes en el lenguaje, pero también otros como incel o red pill. Estos últimos conforman subculturas dentro de la manosfera y también son utilizados por estos grupos para reafirmar su masculinidad.

• Se conoce como manosfera a un conglomerado de espacios virtuales heterogéneos que, según las especialistas, dan cabida a una multitud de movimientos basados en la propagación de discursos misóginos y antifeministas, como los incels.

Como contamos en Newtral.es la palabra incel viene del inglés y es el acrónimo de involuntary celibate. Los célibes involuntarios son hombres que se definen a sí mismos por su incapacidad de establecer relaciones sexuales con mujeres. Los expertos explican que se trata de un grupo compuesto en su gran mayoría por hombres jóvenes cohesionado en torno al rechazo hacia las mujeres.

Por otro lado, la idea de red pill se refiere a un supuesto despertar de los hombres frente a la realidad que, a su juicio, impone el feminismo. Este concepto extrae su nombre de una escena de la película Matrix, en la que el protagonista debe decidir si aceptar la verdad o seguir viviendo una irrealidad.

Resignificar el término de incel desde sectores feministas como respuesta a la manosfera

En los últimos años, los sectores feministas han intentado resignificar el término de incel para denominar a un grupo de hombres que tienen un discurso machista, como también pueden usarse conceptos como “criptobro” o red pill. Algo que para Silvia Díaz, socióloga e investigadora en la Universidad Complutense de Madrid, podría ser contraproducente. “Si denominamos a todo mensaje machista como incel, si todo es incel, ¿quién lo es entonces?”, indica la investigadora.

“Agrandar la definición a muchos comportamientos que no tienen que ver con la subcultura incel, sino que están más relacionados con los mandatos de la masculinidad hegemónica, de la supremacía masculina o de la socialización masculina definida en términos opuestos a los de las mujeres, podría ayudar a que ciertos hombres que nunca habían tenido contacto con la subcultura incel tengan cierto acercamiento por una respuesta de rebote”, explica Díaz.

Elisa García-Mingo, investigadora y profesora de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid, y Silvia Díaz concluyeron a raíz de su investigación Jóvenes en la Manosfera. Influencia de la misoginia digital en la percepción que tienen los hombres jóvenes de la violencia sexual que la subcultura incel no tiene una alta implantación en España, aunque muchas de las ideas que trascienden de ella sí. García-Mingo expone que “la idea de que las mujeres son unas interesadas y unas brujas o la idea de la jerarquía sociosexual de los alfas, betas o sigmas, vienen del mundo incel y se han extendido”.

• A lo que se refiere García-Mingo con “la jerarquía sociosexual de los hombres” y a términos como alfa, beta o sigma, es a tipos de personalidades de hombres definidos en estas subculturas. Mientras que un hombre tipo alfa sería “el macho alfa” de la manada, el líder y el genéticamente superior, el beta es “orbitador” y visto como el que se postra ante los deseos de las mujeres.

Otras de las cuestiones que trascienden de la subcultura incel a la cultura popular consiste en “el ponerle notas a las mujeres según su atractivo sexual y su físico o entender que es su derecho como hombres el mantener relaciones sexuales con mujeres”, como especifica García-Mingo.

La red pill, black pill y “la lucha por la realidad que merecen los hombres” de la manosfera

La película Matrix (1999) trascendió a la cultura popular de múltiples maneras hasta el punto en el que sigue siendo relevante más de 20 años después. Sus referencias a elegir entre la pastilla azul, que te hace olvidar que una vez conociste la verdad sobre Matrix, y la pastilla roja, que te invita a despertar y salir del engaño, también forman parte del ideario de la manosfera y sus subculturas.

Lilly, mujer trans y una de las hermanas Wachowski, directoras de la película Matrix y sus secuelas, respondió con un “que os jodan” en X tanto a Elon Musk como a Ivanka Trump, hija del expresidente estadounidense Donald Trump, después de que estos dijeran que “habían tomado la red pill”.

Elisa García-Mingo explica que en las subculturas de la manosfera no se entiende la red pill solo como algo que tomas: “es un despertar”. Silvia Díaz también especifica que “es una forma de decir ‘nos vamos a armar con saberes’ y a ‘luchar por la realidad que nos merecemos como hombres’”. Para las tres expertas consultadas por Newtral.es este tipo de pensamientos son una respuesta al feminismo institucionalizado. Estos ámbitos no solo emplean términos machistas como body count o ‘chica kilómetro cero’, sino que tratan de reapropiarse de otros que ya existían y resignificarlos.

Si la red pill es la pastilla del despertar, es activa y busca que los hombres construyan una sociedad a su gusto, a raíz de sus ideas misóginas, la black pill (pastilla negra en español) es pesimista y está llena de resignación. Como explica Díaz, “es la idea de que los hombres están tan perseguidos por la institucionalización del feminismo que se ciñen al ‘hay que sobrevivir como se pueda’”.

Las subculturas y grupos dentro de la manosfera son heterogéneos, pueden estar formados por hombres que acceden a ella a través de, por ejemplo, cursos de seducción y que no les dan resultados u otros espacios masculinizados. “Son como madrigueras de hombres”, explica Díaz, “comunidades en las que comparten sus experiencias que, generalmente, pivotan sobre las relaciones que mantienen con las mujeres”.

¿Hay líderes red pill o referentes incel?

Hay casos llamativos como el de Andrew Tate, un ex kickboxer británico-estadounidense, pero sobre todo una figura mediática de la extrema derecha, negacionista del cambio climático, que comparten el ideario incel o red pill y se autoproclaman líderes de estas comunidades de la manosfera.

Para Silvia Díaz y Elisa García-Mingo este tipo de perfiles no son tanto “líderes” sino “referentes” dentro de las subculturas que integran la manosfera. Díaz ejemplifica que también podrían considerarse como tal “a los creadores de contenido en YouTube con marcados mensajes antifeministas”.

Por su parte, García-Mingo señala que esto también sucede con aquellos que “llevan a cabo acciones violentas que trascienden, como Elliot Rodger”, el joven de 22 años que mató a seis personas cerca del campus de la Universidad de California en Estados Unidos en 2014 y que después se suicidó. Escribió su propia autobiografía en la que reconocía su odio hacia las mujeres y las personas que tenían una vida sexual activa, además de publicar un vídeo en YouTube antes de los asesinatos que posteriormente fue retirado. Tal y como recoge Los Angeles Times, Rodger ya pasó a ser considerado un héroe entre la comunidad incel estadounidense.