En 2022 se presentaron 18.731 denuncias por violencia sexual, de las cuales el 36,3% tenían como víctima a una niña o adolescente menor de 18 años, cuyas agresiones son perpetuadas en su mayoría por persones adultas del entorno familiar. Así lo revela una investigación presentada por Save the Children en el marco de la celebración del Día Internacional de la Mujer el próximo 8 de marzo.
El informe, con datos del Ministerio del Interior, recoge que en los últimos años se ha producido un aumento de las agresiones sexuales cometidas por adolescentes pero que tiene que ver con los casos que se atienden, es decir, con las denuncian. De manera que no pueden afirmar que antes estos casos no existiesen, sino que “decididamente se denuncia más”.
“Debemos entender que se ha avanzado en la concienciación y difusión en medios para que las víctimas puedan reconocer las agresiones sexuales y pedir ayuda. Sin embargo, todavía sabemos que muchas víctimas no denuncian”, indican desde la ONG. Hay chicas adolescentes que han sufrido una agresión sexual y no identifican su experiencia con un acto violento y también tienen desconfianza en la respuesta del sistema (judicial, de protección y atención), y del entorno.
En este sentido, los investigadores han recogido testimonios de adolescentes en los que han asegurado que podría llegar a ser menos duro enfrentarse a la etiqueta de “puta” que a la de ”víctima”.
En relación con los delitos sexuales cometidos a través de las tecnologías, el informe de Save the Children apunta que del total de denuncias presentadas en 2022 (1.135), el 54,2% tenía como víctima de violencia sexual a una niña o adolescente.
La violencia sexual sufrida en la infancia “se denuncia más tarde y el agresor suele ser alguien del entorno familiar y en el hogar, con una prevalencia mayor que antes de la pareja de la madre como agresor”, explican.
Respecto a los agresores, los datos reseñan que eran hombres en el 97% de los casos y que un 15,6% de los condenados por violencia sexual son menores de edad.
Por otro lado, la investigación también analiza las agresiones sexuales cometidas en grupo. Según el Ministerio del Interior, el número de este tipo de violencia ha aumentado en los últimos cinco años en más de un 64%. Sin embargo, todavía están lejos de las cifras de agresiones sexuales individuales, representando en 2022 un 4,2% del total de delitos denunciados por violencia sexual.
En este sentido, “más de un 10% de las agresiones sexuales múltiples son grabadas o fotografiadas como señal de dominio y a la espera de un reconocimiento del grupo de iguales», afirma la directora de Save the Children .
La ONG recuerda al Gobierno que como indica la Ley Orgánica de Protección Integral de la Infancia y Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI) aprobada hace casi tres años, es necesario se desarrolle una legislación específica que despliegue medidas de prevención que contempla la ley como la educación afectivo-sexual o en un uso seguro y responsable de las nuevas tecnologías.
Cuando la violencia sexual ya se ha producido, “es necesario que niñas, niños y adolescentes que han sido víctima sean atendidos con las mayores garantías y respetando todos sus derechos”, añaden. Para ello, Save the Children propone la formación inicial y constante de todos los profesionales del ámbito jurídico y la coordinación de todos los recursos existentes para atender a la infancia víctima, así como a los agresores adolescentes.
En lo que respecta a los adolescentes que han cometido una agresión sexual, la organización apuesta por intervenir no sólo de forma individualizada con el agresor, sino también con su entorno familiar y red de amigos para “una reparación eficaz a largo plazo”.
Save the Children