Acusar al enemigo de simular falsos muertos tras un ataque es una narrativa habitual de la propaganda en tiempos de guerra, cuyo objetivo no es otro que deshumanizar a las víctimas de sus acciones, en muchos casos civiles. Ha ocurrido en la invasión rusa de Ucrania o en la escalada del conflicto entre Palestina e Israel, donde se han observado campañas de desinformación con patrones similares.
Cuando los soldados ucranianos entraron en Bucha, una localidad al noroeste de Kiev que estuvo en manos de las tropas de Rusia en marzo de 2022, se encontraron decenas de cadáveres esparcidos por la calle. Las imágenes de la matanza dieron la vuelta al mundo para dar cuenta de la crudeza de la invasión.
Pese a las evidencias de la masacre, el Kremlin se esforzó en acusar a Ucrania de haber simulado las víctimas para —según su versión— vender al mundo una imagen cruel de sus tropas. En concreto, dijo que muchos de los cadáveres que se veían en Bucha eran falsos y que algunos cuerpos se movían. Ocho meses después, una investigación de Naciones Unidas concluyó que 73 civiles ucranianos fueron masacrados durante la ocupación rusa de la ciudad.
Algo similar ocurrió hace unos días, cuando el Gobierno de Israel publicó un vídeo con el que acusó al grupo terrorista Hamás de simular la muerte de un niño en Gaza con “un muñeco”. Tal y como verificó Newtral.es, el cuerpo que mostraban las imágenes difundidas por el ejecutivo de Benjamín Netanyahu no formaba parte de ninguna recreación: el cadáver era de un menor de cuatro años fallecido el 12 de octubre tras un bombardeo en el distrito gazatí de Zeitoun.
Estas formas de deshumanizar a las víctimas no son nuevas y, de hecho, son habituales en los manuales de guerra psicológica. Ya en 1928, el británico Arthur Ponsonby recopiló algunos principios básicos de la propaganda bélica en Falsehood in wartime: propaganda lies in the First World War. Entre ellos figura la necesidad de deshumanizar al enemigo para presentarlo como “un ser execrable”.
Como explica el politólogo Miguel Candelas en una publicación para el Instituto de Estudios Estratégicos (IEEE), el objetivo de estas acciones de propaganda es “anular cualquier posibilidad de condescendencia, comprensión o empatía” de la población hacia las víctimas enemigas, habida cuenta de que sus tropas matarán a muchas personas y que el Estado atacante necesitará justificar sus acciones.
Pablo Sapag, profesor de propaganda en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), explica a Newtral.es que “en los conflictos convencionales, donde actúan ejércitos regulares, normalmente los aparatos de propaganda deshumanizan al combatiente enemigo, pero tienen cierto cuidado para no excederse en la deshumanización de la población civil enemiga”. Sin embargo, subraya que el conflicto entre Hamás e Israel es “un conflicto asimétrico y no puede ser considerado una guerra”, ya que las guerras se libran entre estados y Palestina no lo es.
Existen otros ejemplos de desinformación utilizada como propaganda para deshumanizar a las víctimas enemigas. El equipo de verificación de Newtral.es ha identificado otras desinformaciones similares en el contexto del conflicto palestino-israelí a raíz de la escalada de violencia en Gaza.
Dos días después del ataque terrorista perpetrado por Hamás en territorio israelí, varios perfiles de redes sociales comenzaron a difundir un vídeo en el que se veía a un niño tendido en el suelo y rodeado de cámaras. “El ejército israelí prepara una operación psicológica de simulación de ataque palestino. Está confirmando que algunas de las imágenes que vimos al principio de la guerra eran muñecos”, decían los mensajes que acompañaban a las imágenes.
El vídeo que compartían estas cuentas era antiguo y se trataba del rodaje de un corto de cine estrenado en 2022. El niño que aparecía en el suelo era un actor y las imágenes no tenían nada que ver con el ataque del pasado 7 de octubre, pero se utilizaron para acusar a Israel de simular falsas víctimas. Lo curioso de este caso es que este mismo vídeo también se utilizó en sentido inverso; es decir, para acusar a Gaza de simular un niño herido por los ataques israelíes.
Otra grabación que se viralizó a consecuencia de los bombardeos de Israel sobre Gaza mostraba, según varias publicaciones virales, a “palestinos cargando el cuerpo de un niño” durante un supuesto funeral. Al final de la secuencia se observa cómo, al sonar unas sirenas, tanto quienes portaban el cuerpo como el supuesto cadáver salen corriendo.
Estas imágenes se utilizaron, una vez más, para acusar al pueblo palestino de estar simulando la muerte de niños para responsabilizar a Israel. Sin embargo, el vídeo no es actual ni muestra a palestinos en Gaza, ya que circula desde el año 2020 y fue grabado en Jordania en el contexto de las restricciones por la pandemia del coronavirus.
Estas acciones de desinformación que deshumanizan a las víctimas de la guerra también se han visto en la invasión rusa de Ucrania. Por ejemplo, en abril de 2022 varias cuentas oficiales del Kremlin en redes sociales, incluida la Embajada de Rusia en España, difundieron imágenes de un maniquí ensangrentado para acusar al ejército ucraniano de simular cadáveres.
Las fotografías que, según las autoridades rusas, probaban que Ucrania estaría escenificando los ataques estaban sacadas de un rodaje en la región rusa de Leningrado, como ya explicamos en Newtral.es.
Otro bulo similar difundido por la Embajada de Rusia en España se sirvió de fotografías de un curso de primeros auxilios celebrado en 2016 para acusar a las fuerzas armadas de Ucrania de estar “falsificando” heridos con maquillaje.
Desde Newtral.es también verificamos otro bulo para deshumanizar a las víctimas de la guerra que aseguraba que los muertos en Ucrania eran falsos porque un vídeo mostraba un cadáver que se movía. En realidad, las imágenes no tenían ninguna relación con la invasión rusa de Ucrania y procedían de una protesta climática en Austria, donde se hizo una performance con activistas que simulaban ser muertos.
Verificaciones de Newtral.es
Declaraciones del profesor Pablo Sapag a Newtral.es
Falsehood in wartime: propaganda lies in the First World War (Arthur Ponsonby, 1928)