Cada vez que se produce un seísmo, como fue el caso del doble terremoto de Turquía y Siria en febrero de 2023, se puede leer en diferentes medios de comunicación y redes sociales frases como “(…) el seísmo de 7,8 en la escala de Richter (…)” o “(…) el terremoto de 7,8 grados de magnitud (…)”. Desde Newtral.es hemos contactado con expertos en sismología, que aclaran qué es esta escala, qué mide exactamente y por qué es incorrecto hablar de grados y utilizarla para magnitudes superiores a 6,9.
La escala sismológica de Richter fue creada por los sismólogos Charles Francis Richter y Beno Gutenberg en 1935. Esta escala permite medir la magnitud de un seísmo, teniendo en cuenta la amplitud de onda de este, desde su epicentro (punto de la superficie terrestre que se encuentra encima del foco del terremoto o hipocentro). Es decir, con un sismógrafo se recogen desde la superficie las ondas sísmicas generadas bajo tierra.
Se trata de una escala logarítmica arbitraria que asigna un número para determinar la energía que ha liberado el terremoto. En otras palabras, tras recibir las ondas, se asigna una cifra del 0 al 9 para indicar la fuerza de un terremoto de manera comprensible. Al ser logarítmica en base diez, cada número entero que aumenta en la escala supone un desplazamiento del suelo diez veces mayor.
De esta manera, un terremoto de magnitud 5 en la escala de Richter presentaría un desplazamiento diez veces mayor que uno de magnitud 4, 100 veces mayor que uno de magnitud 3 y así sucesivamente. Así lo explican en un artículo de The Conversation Pablo Gabriel Silva y María Puy Ayarza, investigadores en Geología de la Universidad de Salamanca.
Sin embargo, en 1979, los sismólogos e investigadores del Instituto de Tecnología de California Thomas C.Hanks y Hiroo Kanamori propusieron la escala sismológica de magnitud del momento (Mw) para suprimir problemas de medición de grandes terremotos derivados de la escala de Richter.
“La escala de Richter no se usa desde hace años”, declara a Newtral.es Miguel Ángel Rodríguez Pascua, doctor en Ciencias Geológicas y científico titular del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC). El experto en sismología explica que esto se debe a que la escala “se diseñó en California para un tipo de corteza terrestre concreto, lo que hace que no sea extrapolable al resto del mundo” y que “esta mide la amplitud de onda sísmica cuando llega al sismógrafo, lo que hace que en magnitudes altas se sature”.
Rodríguez Pascua indica que es una escala “desfasada” y que no puede usarse para terremotos de gran magnitud. Según afirma, actualmente hay varias magnitudes, pero la más utilizada es la magnitud del momento, que relaciona la superficie de rotura de la corteza terrestre (falla) con la energía necesaria para generar dicha rotura. “Cuanto más grande es la rotura, más energía se ha necesitado para realizarla y, por tanto, más energía libera el terremoto”, afirma el científico.
Mercedes Feriche, investigadora del Instituto Andaluz de Geofísica y Prevención de Desastres Sísmicos, explica a Newtral.es que “la magnitud se mide con parámetros instrumentales”, es decir, a través de sismogramas elaborados por sismógrafos que están distribuidos por varios territorios. Sin embargo, ambos expertos coinciden en que la medición de terremotos superiores a una magnitud de 6,9 aproximadamente no puede llevarse a cabo con la escala de Richter por la “saturación de los sismógrafos al analizar la amplitud de onda”. Por ello, están de acuerdo en que una de las alternativas más generalizadas es la de la magnitud del momento, que coincide con la de Richter hasta dicha cifra, pero es capaz de medir magnitudes mayores sin sufrir una saturación.
Un ejemplo de ello es el doble terremoto de Turquía y Siria de 2023. Numerosos medios de comunicación indican que se ha tratado de “un terremoto de magnitud 7,8 en la escala de Richter”. En palabras de Feriche, esto está “mal hecho”.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) informó de la magnitud de este seísmo sin citar la escala de Richter. De hecho, la agencia científica estatal estadounidense explica en su página web que “el momento se puede estimar también a partir de sismogramas y se convierte en un número similar a las otras magnitudes mediante una fórmula”. No obstante, la diferencia respecto a las otras es que esta “es válida para todo el rango de magnitudes”, característica que “faltaba” en otras escalas.
Esto quiere decir que el número utilizado es correcto (el terremoto de Turquía y Siria fue de magnitud 7,8), pero no está medido a través de la escala Richter, ya que esta apenas se utiliza en la actualidad y no llega a medir magnitudes de terremotos considerables. Por ende, lo correcto sería hablar de “un terremoto de magnitud 7,8”, sin añadidos.
Los bulos y vídeos descontextualizados sobre el terremoto que ha afectado a Turquía y Siria en 2023
Rodríguez Pascua afirma a este medio que “magnitud hay una, pero intensidades hay muchas”, ya que el primer concepto se refiere a la energía liberada por el terremoto y el segundo, a los efectos que tiene esa liberación de energía en distintos lugares de la superficie terrestre. “En un ejemplo médico, la magnitud sería una misma enfermedad que comparte un grupo de personas; mientras que las intensidades serían los síntomas que causa a cada una de ellas, unos más graves y otros más leves”, dice el experto.
“No hay que confundir la magnitud con la intensidad: la primera se expresa en números arábigos y es la energía liberada y medida con un sismógrafo; la segunda con números romanos y es la medida semicuantitativa de cómo nos ha afectado en la superficie del terreno, cuanto más lejos del epicentro habrá menos efectos y menos intensidad, siendo la misma magnitud”, declara el científico del IGME. En Europa, la intensidad de un terremoto se mide a través de la escala de intensidad macrosísmica (EMS-98). Existen XII niveles de intensidad, que tienen en cuenta los efectos del terremoto en las personas, en los objetos, en la naturaleza y en los edificios.
El experto pone otro ejemplo: “Un terremoto de magnitud 8.0 a 10 km de profundidad en medio del Sáhara tendría una intensidad que no llegaría a I, mientras que ese mismo terremoto debajo de una gran ciudad no preparada para un terremoto tendría una intensidad como mínimo de X”.
Charles Francis Richter (1900-1985) fue un físico y sismólogo estadounidense. Comenzó sus estudios de Física en la Universidad del Sur de California, pero acabó graduándose en la Universidad de Stanford. Tras realizar el Doctorado en Física Teórica en el Instituto de Tecnología de California, Richter elaboró –en la década de los 30– la escala logarítmica que lleva su apellido en colaboración con el sismólogo alemán Beno Gutenberg.
Sin embargo, desde que en 1979 los sismólogos Thomas C.Hanks y Hiroo Kanamori propusieron la escala sismológica de magnitud del momento (Mw), la escala de Richter fue perdiendo relevancia, ya que presentaba problemas de saturación en la medición de grandes seísmos. Actualmente, como explica la comunidad científica, no tiene sentido hablar de esta escala en terremotos de gran magnitud.
Declaraciones a Newtral.es de Miguel Ángel Rodríguez Pascua, doctor en Ciencias Geológicas y científico titular del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC)
Declaraciones de Newtral.es de Mercedes Feriche, investigadora del Instituto Andaluz de Geofísica y Prevención de Desastres Sísmicos
Descripción del tipo de magnitudes del Instituto Geográfico Nacional (IGN)
Página oficial del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS)
Artículo científico ‘Escala de magnitud del momento’ de Thomas C.Hanks y Hiroo Kanamori
