España nunca había exportado tanto gas a través de los Pirineos como hasta ahora. La interconexión VIP Pirineos, compuesta por los gasoductos de Irún (País Vasco) y Larrau (Navarra), exportó 5.154 Gwh/mes en abril, cuatro veces más que en el mismo mes de 2021. La razón: abastecer la red europea de gas para cortar la dependencia del gas ruso, y que países como Alemania, Bélgica o Francia puedan almacenar suficientes reservas para asegurar el consumo el próximo invierno.
“El gasoducto estaba pensado para complementar importaciones españolas”, explica a Newtral Diego Rodríguez, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid e investigador asociado de Fedea. “Ahora nos encontramos con la paradoja de la necesidad de llenar de almacenamiento la UE, que ha hecho que el flujo se invierta”.
Las exportaciones a través de la interconexión con Francia en el primer trimestre de año se han incrementado un 135% con respecto al mismo periodo del año 2021, de acuerdo con los resultados de Enagás, el operador del sistema gasista español.
La capacidad que tiene el gasoducto VIP Pirineos, formado por las interconexiones de Larrau e Irún, es de 7 bcm (miles de millones de metros cúbicos). La compañía gasista apunta que, en estas últimas dos semanas, se está alcanzando el “máximo técnico” de esa capacidad, que equivale a siete barcos de gas natural licuado (GNL) al mes.
Las amenazas de Rusia de cortar el suministro de gas a Europa se materializaron a finales de abril, cuando Gazprom (la compañía rusa de gas) suspendió la importación rusa del hidrocarburo a Polonia y Bulgaria. El 12 de mayo, el grifo de Yamal-Europa, el gasoducto que proporcionaba gas a Europa a través de Polonia, también se cerró. Los demás países de la Unión Europea temen que la práctica se extienda, y una de las opciones para diversificar suministros es a través de España.
Las exportaciones de España dependen de dos factores. Por un lado, la necesidad de diversificar los suministros de la UE. “La política de ir reduciendo la dependencia del gas ruso va a hacer que la interconexión vaya a seguir funcionando en un sentido exportador”, apunta Rodríguez. Por otro lado, “la situación particular del parque nuclear francés. Muchas centrales están paradas, y eso aumenta la necesidad del uso de gas”, explica.
Las reservas de gas no peligran en España, ya que siguen llegando buques metaneros y la diversificación de suministros es muy grande. Además, estas exportaciones comportan beneficios económicos para el sistema gasista español. “Se cobra un peaje por el uso de las plantas y por las conexiones internacionales. Estamos utilizando de una forma más eficiente la capacidad que tenemos, y eso comporta beneficios económicos”, señala el experto.
Diego Rodríguez, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid e investigador asociado de Fedea