La vida de Mapi Sánchez Alayeto (Zaragoza, 1984) dio un vuelco en el verano de 2021 cuando los médicos le diagnosticaron esclerosis múltiple. La exnúmero 1 del pádel mundial, integrante de las ‘Gemelas Atomikas’ junto a su hermana Maju desde 2009, anunció su intención de seguir participando en el deporte de alto nivel y romper con los estereotipos que pudiera generar esta enfermedad. Seis meses después de este diagnóstico vencían a las número 1 -Gemma Triay y Alejandra Salazar- en Madrid.
Volviendo a la rueda del World Padel Tour, Mapi Sánchez Alayeto valora la relevancia de su hermana Maju en esta continuidad competitiva. “Es una suerte tenerla a mi lado también porque seguramente con otra pareja no hubiese aguantado y habría pensado en la retirada. Ella me ayuda porque su prioridad también es mi salud, y si ve que me falta chispa, abarca más pista”.
La trayectoria deportiva de estas hermanas se remonta al año 2009, cuando Mapi vivía en Gran Canaria y Maju en Zaragoza. Tenistas hasta entonces, hicieron prácticamente sin darse cuenta una transición hacia un deporte que por entonces practicaban 26.723 personas en España, según las licencias oficiales del Consejo Superior de Deportes (CSD).
Las ‘Gemelas Atomikas’ pronto tuvieron que replantearse su situación en el circuito profesional del pádel y, sobre todo, lanzarse hacia un deporte desconocido: “Nos fuimos a vivir a Madrid para entrenar. Dejamos nuestros trabajos, parecía una locura”, recuerda Mapi. “Fuimos a la aventura, sin saber si podríamos dedicarnos a él. Fue muy arriesgado, pero ambas somos de la mentalidad de intentar las cosas antes de arrepentirnos de no hacerlo. Y así pasamos de un hobby a un modo de vida profesional en dos años”.
En apenas dos temporadas, las hermanas más conocidas del circuito se vieron más cerca de las mejores. Sin embargo, perdían constantemente con las principales parejas. “Llegamos a ser quintas, pero después de meses cayendo contra primeras, segundas, terceras y cuartas, decidimos consultar a la que ahora es nuestra psicóloga deportiva”, explica. Empezaron a creer en un juego más agresivo. “Nos aportó determinación, y en Barcelona 2013 ganamos por fin a las que eran número 1 del mundo, las argentinas Valeria Pavón y Cata Tenorio”.
En el afán de Maju y Mapi Sánchez Alayeto por mejorar en la élite, también percibieron que el hecho de ser hermanas en ocasiones generaba problemas a la hora de comunicarse. “La psicóloga nos aportó las herramientas para confiar en nosotras y no castigarnos tanto por ese exceso de confianza. Desde ahí aprendimos que como nosotras no nos iba a conocer nadie, y por supuesto nos beneficia jugar juntas”, recalca.
Las gemelas lograron terminar en primera posición en dos años consecutivos, 2017 y 2018, en el ranking World Padel Tour, mientras lograban el triunfo en los mundiales representando a España. Pero aunque este recuerdo y la victoria de Barcelona destacan en su memoria, la cabeza de Maju le lleva de manera inevitable a Zaragoza 2018, donde después de seis bolas para ganar el partido, acabaron perdiendo. “Había muchos nervios, apareció la precipitación… Acabamos derrumbadas. Pero hay que perder muchas veces para ganar”.
Esta filosofía es la que traslada actualmente a su rutina deportiva, donde el futuro pasa a un segundo plano. “Para mí es muy importante focalizar mi mente en el día a día y en el propio entrenamiento, que si me quedo sin energía sea por la exigencia del mismo y no por mi enfermedad”, explica asumiendo la fatiga crónica. Tras un brote a los dos meses del diagnóstico, Mapi acude a un tratamiento intravenoso cada seis meses que, “de momento”, le mantiene estable.
Cuando Mapi Sánchez Alayeto recibió el diagnóstico, se sorprendió. “En la élite del deporte piensas que eres fuerte, no esperas el diagnóstico de una esclerosis. Pero después esta misma condición, el esfuerzo y la disciplina te ayudan a manejar la mente, a saber que hay días buenos y malos y estar focalizada en el ahora. Nunca sé cómo voy a estar al día siguiente, si voy a tener un brote, si voy a estar cansada… Por eso el ahora es más importante, y así lo trato con la psicóloga”.
Con 37 años, Mapi tiene la ilusión de recuperar la estabilidad en lo más alto del ranking después de una operación de hombro en 2019, la pandemia de 2020 y el diagnóstico de 2021. La zaragozana mantiene la motivación para no retirarse hasta conseguir objetivos más ambiciosos. “Mientras el cuerpo me lo permita, no se me pasa por la cabeza. Queremos ganar más”.