En 2021 se han registrado nuevos máximos históricos en el precio mayorista de la luz en España. Aunque el Gobierno ha reducido el IVA, diferentes organizaciones advierten de que si no se implementan más medidas, la subida de la luz afectará a la ya existente pobreza energética
“La energía debe ser un derecho”, apunta Cecilia Foronda, ingeniera química y directora de Energía y Personas en Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES). En conversación con Newtral.es, Foronda considera que ese es el marco adecuado desde el que se deben implementar diferentes medidas para abordar el tema de la pobreza energética, especialmente ahora que España ha batido récords en el precio de la luz.
El Gobierno ha reducido el IVA y ha suspendido el impuesto sobre la producción eléctrica. Aunque a priori su capacidad para remediarlo es limitada porque en la escalada influyen factores externos —como el alto precio de los derechos de emisión de CO2 y los precios del gas natural—, diferentes organizaciones explican que todavía hay margen de maniobra.
Por ejemplo, apunta la directora de Energía y Personas de ECODES, mejorando el acceso a las ayudas que hay para las familias más vulnerables: “El bono social, tal y como está diseñado, ya no es suficiente”. ¿Por qué? Según Foronda, “burocráticamente, es una solicitud compleja”: “No es ágil ni todo el mundo la conoce”.
Alexander Elu, técnico especializado en pobreza en Save the Children, comparte esta opinión: “El diseño es imperfecto y, además, no llega a todas las familias que podría llegar”. “De las personas que atendemos, un 50% podrían tener derecho a bono social y no lo tienen”, añade Cecilia Foronda.
A esto se suma el hecho de que la subvención del bono social, es decir, el porcentaje de cobertura también resultaría insuficiente si la factura de la luz aumenta considerablemente. Así lo explica a Newtral.es Carlos Susías, presidente de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN) en España: “Se le hace un descuento de entre el 25 y el 40% a los hogares más vulnerables. Al subir tanto la luz, esos porcentajes se quedan cortos. Por eso, además de hacerlo más accesible, hay que ampliar los porcentajes de cobertura. Es decir, que sea reforzado en extensión e intensidad”.
Cecilia Foronda considera que la bajada del IVA es positiva, pero también insuficiente: “Lo ha reducido del 21 al 10%, pero solo hasta diciembre. Si la electricidad ha subido casi un 40%, y se espera que los precios sigan altos al menos hasta la próxima primavera, ese 11% de bajada ya ha sido absorbido. Algo hace, claro, pero es que ya estamos a niveles muy altos”.
“La pobreza energética es la situación en la que se encuentra un hogar en el que no pueden ser satisfechas las necesidades básicas de suministros de energía como consecuencia de un nivel de ingresos insuficiente y que, en su caso, puede verse agravada por disponer de una vivienda ineficiente en energía”, apunta el documento oficial del Ministerio para la Transición Ecológica. Una situación en la que, según el Gobierno, están entre 3,5 y 8 millones de personas en España.
Sin embargo, como explica Alexander Elu, de Save the Children, el porcentaje podría ser mayor: “Todavía está por ver cómo ha afectado la pandemia a los hogares en este ítem específico, pero en las encuestas ya estamos viendo que los porcentajes se incrementan”. Además, añade Elu, “hay una pobreza energética relativa que no se contabiliza”, es decir, hogares que también tienen ciertas dificultades para mantener sus viviendas a una temperatura adecuada.
¿Puede empeorar la pobreza energética los próximos meses? Mario Sánchez-Herrero, director de la empresa sin ánimo de lucro Ecooo, considera que sí, ya que advierte que “puede aumentar el precio del gas, lo cual influye directamente en lo que se paga en la factura del gas, por ejemplo, con el uso de calefacción no eléctrica, pero también en lo que se paga por la luz”.
En conversación con Newtral.es, Sánchez-Herrero hace referencia a los problemas entre Argelia y Marruecos. En una reciente entrevista de La Vanguardia a José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores, este señalaba, preguntado por una posible crisis de suministro de gas, que “los españoles pueden estar tranquilos”. “No nos precipitemos. Todavía es pronto para sacar conclusiones”, añadía.
Sin embargo, el director de Ecooo señala que “la evolución del precio del gas es preocupante”. Actualmente, tal y como resume Sánchez-Herrero, hay dos formas por las que el gas llega a España: una es de Argelia a Almería, y la otra es por el estrecho de Gibraltar atravesando Marruecos. “Por tensiones entre ambos países, Argelia dice que no transportará a través de Marruecos. Esto nos deja sin una parte del suministro. Y si la demanda se mantiene, pero hay menos suministro, el precio subirá”.
Esto, además, afecta al mercado de la electricidad, ya que la central de gas es la que suele marcar el precio del mercado. “Si hay desabastecimiento y las centrales ofertan su suministro a un precio más alto, esto hará que el precio del mercado de la electricidad también suba”, apunta Mario Sánchez-Herrero.
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Carlos Susías, de EAPN España, recuerda que ya este verano “ha sido muy complicado para algunas familias vulnerables”: “Este otoño e invierno la cosa puede empeorar. No solo será un quebranto económico, sino un quebranto de su bienestar”.
Por otro lado, el director de Ecooo considera que el actual sistema es “perverso” y que “no es conveniente apelar a la empatía de las empresas como hacía la ministra Teresa Ribera [de Transición Ecológica]”: “Hay horas del día en las que para cubrir la demanda no es necesario que entren las centrales de gas. La última en entrar, la hidroeléctrica, fija el precio de la luz. ¿Qué pasa? Que empresas como Iberdrola o Endesa, en vez de ofertar a 30 euros, que cubriría los costes y obtendrían beneficios, está ofertando a 115 euros, es decir, están especulando. Por eso, Ribera apelaba a su empatía, a que tengan en cuenta que estamos en un momento muy delicado. Pero es que necesitamos reformar todo el mercado: tenemos una señal potentísima para que empresas de energías más baratas empiecen a producir masivamente. En un futuro, con esa producción se podría cubrir gran parte de la demanda”.
Las soluciones planteadas por los distintos expertos consultados, a corto, medio y largo plazo, pasan por reformar el bono social, mantener la bajada del IVA y reformar el sistema eléctrico en España. Pero hay una más: mejorar la eficiencia energética de las viviendas para ser menos dependientes de la energía.
Así lo explica a Newtral.es Alejandro Aguilar, de Provivienda: “Muchos de los problemas de pobreza energética y la subida de la luz tienen que ver con la envolvente térmica, es decir, con la piel de los edificios”. Esta piel no solo sería útil en invierno, también en verano, ya que “protege de la temperatura, del aire, de la humedad…”.
A día de hoy, señala Aguilar, “el 55% del parque de viviendas en España fue construido antes de 1963, cuando no existía ninguna normativa energética para la edificación”. Además, apunta que “no hemos evolucionado mucho desde entonces”: “Hay un gran problema para mantener un confort térmico en la mayoría de hogares, por lo que el requisito de gasto de energía es enorme. Esto supone un aumento de la factura tremendo”.
Para evitar que las casas sean un coladero de energía, estas reformas para mejorar la eficiencia pasarían por ponerle una especie de abrigo a los edificios: “Las paredes, de alguna manera, respiran. Esto se llama transmitancia térmica térmica y cuanto mayor es, más calor entra en verano o más frío en invierno. Una manera de mejorarla sería aislando los edificios con materiales como espumas de poliuretano. También, sustituyendo los marcos y ventanas por otros de mejor calidad”. Una solución que, según Aguilar, también contribuiría a la lucha contra la crisis climática: “Al tener que usar menos energía, disminuye la emisión de CO2”.
Fuentes consultadas