Seis meses después, brecha digital y malabarismos para conciliar mediante, los niños y las niñas vuelven al colegio. Con esta previsión han trabajado los diferentes gobiernos regionales después de que en marzo se decretase el cierre de colegios por la pandemia y de que la educación online se convirtiese en la única opción viable.
A pesar de este presunto retorno a la normalidad, la vuelta al colegio viene cargada de incertidumbre. Ni el gasto en libros ni la cuesta de septiembre: la cuestión que ocupa parte de la agenda política es si los planes elaborados contemplan todos los escenarios posibles. ¿Qué ocurre si hay un rebrote en un centro educativo? ¿Es arriesgado llevarles al colegio ante el empeoramiento de la situación epidemiológica? ¿Se podrían volver a cerrar las escuelas? Y ante esa circunstancia, ¿cuál es el plan?
El pasado lunes, Fernando Simón declaraba en rueda de prensa que las comunidades autónomas habían “pedido un protocolo común de actuación” para los centros educativos: “Hay una propuesta clara de cómo actuar y estará disponible en unos días y será aplicable cuando los colegios entren en su actividad en septiembre”.
Ya en septiembre, Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, abogaba por grupos de entre 15 y 20 alumnos en las aulas. Esta semana volvía a reiterar esta información, señalando que, aunque es una decisión que compete a los gobiernos autonómicos, lo ideal son grupos “relativamente pequeños” si se pretende que “no supongan un problema importante para la salud pública”.
A pesar de que las comunidades autónomas han desarrollado, con mayor o menor precisión, sus respectivos planes para la vuelta al curso, la situación epidemiológica es incierta. Es por eso que este martes Carolina Darias, ministra de Política Territorial y Función Pública, avanzaba que Pedro Sánchez convocaría de nuevo, “a finales de agosto o principios de septiembre”, a los presidentes autonómicos con el objetivo de tratar el retorno a las aulas en plena pandemia, tal y como recoge la agencia Europa Press.
A falta de ese protocolo común de actuación sobre la vuelta al colegio que anunciaba Simón, ¿qué medidas de prevención se plantean llevar a cabo las diferentes comunidades autónomas? Desde Newtral.es hemos consultado a cada una de las 17 consejerías de educación y esto es lo que sabemos. Te lo explicamos.
La Consejería de Educación de Andalucía ha facilitado un documento que resume las principales medidas que se tomarán de cara al inicio del próximo curso. Advierten de que “se van revisando cada 15 días en función de la evolución de la pandemia”.
Así, en un principio, la vuelta a las clases por parte del alumnado se produciría el 10 de septiembre (en los centros de educación infantil y primaria) y el 15 en el resto. El 1 de septiembre deberá haberse incorporado todo el personal de manera presencial, aunque el documento elaborado por la Junta señala que en los centros docentes públicos, el personal “podrá prestar servicios con una modalidad presencial del 20% de su jornada semanal”.
Las principales tareas que necesariamente han de ser presenciales son:
Según la información ofrecida por la Consejería de Educación, Andalucía reforzará las plantillas con 6.270 docentes adicionales, así como el personal de limpieza en los centros con 1.600 trabajadores más.
En cuanto a la organización de las clases, el documento recomienda la creación de grupos de convivencia solo, a priori, en educación infantil, educación especial y primero de primaria (podría aplicar en otros grupos de primaria en adelante si así lo considera el centro), aunque no indica cuántos alumnos habría por aula. Señala que estos alumnos podrán relacionarse entre sí sin necesidad de portar mascarilla ni guardar la distancia física de seguridad. Deberán limitar, eso sí, las interacciones con cualquier otra persona del centro. El resto del alumnado sí debería portar mascarilla cuando no se pueda asegurar 1,5 metros de distancia, por ejemplo, entre pupitre y pupitre.
En cuanto al comedor escolar, se recomienda el uso de material no reutilizable. Este debe ser un espacio tan amplio como para poder separar mesas y sillas a 1,5 metros entre sí (excepto cuando se trata de grupos de convivencia) y se deberá entrar y salir por turnos y siguiendo un itinerario específico para evitar aglomeraciones. Las aulas y otros espacios comunes deberán ventilarse varias veces al día, preferiblemente antes y después de usarlos (unos 5 minutos).
Si se sospecha que un menor podría tener COVID-19, el protocolo a seguir es el siguiente: “Se le llevará a un espacio, estancia o habitación separado, con normalidad sin estigmatizarla; se le facilitará una mascarilla quirúrgica para el alumno/a y otra para la persona adulta que cuide de él/ella hasta que lleguen sus familiares o tutores. Será una sala para uso individual, elegida previamente, que cuente con ventilación adecuada y con una papelera de pedal con bolsa. Se avisará a la familia que debe contactar con su centro de Salud para evaluar el caso”.
Si el caso se confirma como positivo, el centro procederá a contactar con las familias de los alumnos de la misma clase para que no acudan al centro e informando que deben iniciar un período de cuarentena. Cuando se trate de un miembro del personal docente, el documento indica que solo esta persona debería aislarse en su domicilio, aunque se realizará una valoración de las personas con las que ha tenido contacto, así como de las actividades que ha realizado en estas interacciones.
El Gobierno de Aragón, según informa la Consejería de Educación, ha elaborado un plan de contingencia en el que se contemplan diferentes escenarios ante una evolución pandémica imprevisible. El primer escenario sería el de la antigua normalidad, con presencialidad en las clases, aunque descartan que esto sea viable. Es por eso que plantean iniciar el curso, el próximo 7 de septiembre, “con la mayor presencialidad posible, especialmente en los niveles inferiores”. En el caso de los cursos superiores (a partir de 3º de la ESO) se plantea una enseñanza semipresencial.
Por un lado, informa Educación, se plantea la posibilidad de establecer grupos estables de convivencia. De manera que si en un grupo se da un caso, todo el grupo se aísla. Y los profesores de ese grupo, también. El Gobierno regional mantendría los actuales ratios, ya que aseguran que “la mayoría de cursos de Primaria se sitúan en torno a los 22 alumnos”: “Salvo zonas de Zaragoza muy concretas, en el resto no hay problema para cumplir con las orientaciones que apuntan a la necesidad de establecer grupos entre 20 y 22 alumnos. En Infantil, salvo en las zonas de la capital antes referidas, las ratios se sitúan en algunos casos en torno a los 17 alumnos”.
Frente a la necesidad de tener que sustituir profesores, señalan que “se van a establecer una serie de medidas especiales”: “Así, mientras en otros cursos había llamamientos martes y jueves, quizá ahora haya que hacer llamamientos diarios. Esta es una de las medidas que se están valorando”. Además, se ha aprobado la contratación de 250 profesores más y se va a reforzar el personal de limpieza.
La Consejería de Educación dictó una resolución a finales de julio según la cual, “las clases se reanudarán de manera presencial a partir del próximo día 10 de septiembre, siempre que la situación epidemiológica lo permita”. Dicha resolución va acompañada de un plan de contingencia que, según la Consejería de Educación, “cada centro deberá adecuar a sus características”.
El documento señala que la actividad será, preferiblemente, presencial (sobre todo para el alumnado de hasta 14 años), pero apuesta por una jornada continua: “Durante el curso escolar 2020-2021 y mientras duren las medidas de prevención y lucha contra la pandemia, todos los centros educativos públicos tendrán jornada continua sin que ello suponga modificar el horario de entrada al centro”. También se plantea la posibilidad de suspender de forma temporal el servicio de comedor, no así el de transporte.
Las actividades extraescolares quedarán suspendidas, excepto aquellas vinculadas a los programas de refuerzo y orientación al alumnado. Además, la atención a las familias (tutorías, por ejemplo) “se realizará de manera telefónica o por correo electrónico”. Si esto no fuese posible, la atención presencial se realizaría “mediante cita previa, en espacios abiertos y bien ventilados, respetando las distancias de seguridad”.
Los mayores de seis años tendrán que llevar mascarilla (aunque en los cursos de primero a cuarto de primaria se podría hacer la excepción si forman parte de un grupo de convivencia estable de máximo 21 alumnos). En cualquier caso, es el alumnado el que debe traer su propia mascarilla de casa.
Respecto a la confirmación de un caso de COVID-19 en el centro, el plan de contingencia señala: “Comunicación fluida y continuada con las autoridades de salud pública e implantación de las medidas que estas consideren oportunas”.
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Desde la Consellería de Educación de Baleares señalan que el próximo curso, que dará comienzo el próximo 10 de septiembre, “se iniciará con 458 docentes más (325 a la pública y 133 a la concertada), incluyendo centros de primaria, secundaria y FP, tanto públicos como privados”.
En el caso de Baleares, cada centro ha elaborado su propio plan de contingencia, aprobado en cada caso por el claustro de profesores y el consejo escolar. Por tanto, no hay un documento único autonómico sobre las medidas concretas, sino unas pautas organizativas (u orientaciones) que el Govern ha publicado en el Boletín Oficial de las Islas Baleares, documento que contempla tres escenarios (de menos a más restrictivo) y que incide, sobre todo, en aspectos curriculares como competencias digitales, relaciones sociales, evaluaciones…
Aunque en un principio se habló de volver a las aulas el 9 de septiembre, finalmente será el 15. Aquí, la Consejería de Educación está estudiando la posibilidad de que haya doble turno en las clases de Secundaria (mañana y tarde).
El protocolo que ha elaborado la Consejería de Educación destaca que su estrategia se basará en “un sistema de sectores bloqueables que guiará la organización de espacios y los flujos de personas, para limitar al máximo los contactos entre sectores”: “De esta forma, en caso de aparición de un caso de COVID-19 o un brote en un sector, se reduce la posibilidad de que sea necesario cerrar todo el centro. En la situación más restrictiva, los sectores estarán incomunicados entre sí, a modo de compartimentos estancos”.
La intención del Gobierno de Canarias es la de garantizar la asistencia presencial de todo el alumnado, pero aclaran que, según la situación epidemiológica, si esto no fuese posible, se priorizaría la presencialidad en los grupos de menor edad (al menos hasta los 14 años). “Si fuera necesario, se podrá considerar una modalidad mixta (combinación de educación presencial y a distancia)”, apuntan en el protocolo.
Crear grupos de convivencia estable también será una medida que se implantará hasta cuarto de primaria. De ahí en adelante, se mantendrá la distancia de seguridad de 1,5 metros, y el uso de mascarilla será obligatorio en secundaria cuando no se pueda mantener dicha distancia de seguridad.
En el caso de sospecha de un contagiado o de la confirmación del mismo, será la Dirección General de Salud Pública quien determine cómo actuar evaluando cada caso de manera individual.
El 7 de septiembre arranca el curso en Cantabria, donde se han contratado a 201 docentes más. El protocolo elaborado por Educación establece la obligatoriedad de llevar mascarillas para el alumnado a partir de primero de primaria, pero, además, será recomendable para los niños de tres a cinco años. La mascarilla, según establece el protocolo elaborado por el Gobierno regional, deberá llevarse no solo en los desplazamientos por los centros educativos, sino también cuando estén en las aulas (aunque se pueda guardar la distancia de seguridad).
Tanto en infantil como en primaria se formarán grupos de convivencia estables, método que Educación no descarta que pueda usarse en otros niveles y etapas.
Respecto a las actividades complementarias, las que se realizasen fuera del centro quedan suspendidas, y sobre las extraescolares “la decisión se tomará más adelante”, informa Educación.
Por otra parte, la práctica de Educación Física deberá realizarse manteniendo una distancia interpersonal de cuatro metros y, siempre que sea posible, al aire libre. Y en lo que respecta a la impartición de Música, no se podrán utilizar instrumentos de viento.
Además, las familias firmarán una declaración responsable en la que se comprometen a que los menores a su cargo no acudirán a los centros educativos si tienen fiebre o cualquier otro síntoma relacionado con la COVID-19.
Igual que otras comunidades, Castilla-La Mancha también prevé la posibilidad de tres escenarios que desde la Consejería de Educación definen así:
Para el escenario 1, que es el que se plantea de momento, Educación destaca la adquisición de más de un millón de mascarillas para repartir en centros educativos (incluidas las universidades), así como la realización de pruebas diagnósticas a todo el personal y la creación de una línea 900 para para asesorar en materia de COVID-19.
También señalan que se han contratado 3.000 nuevos docentes con el objetivo de bajar la ratio de las aulas. Sobre esto, Educación plantea la creación de grupos de convivencia estable “preferentemente en infantil y primero y segundo de primaria”.
Para los escenarios 2 y 3 se habrían adquirido 72.000 dispositivos informáticos nuevos (portátiles, tablets, routers…), y apuntan al uso de “una nueva plataforma digital” para la docencia, aunque no se especifica cuál.
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Los alumnos de infantil y primaria se incorporarán el 9 de septiembre, mientras que los de secundaria y bachillerato lo harán el 14, tal y como informa la Consejería de Educación de Castilla y León.
El protocolo, elaborado a mediados de junio, señala que se comenzará de manera presencial con grupos estables de convivencia. Además, los centros serán divididos por zonas y estos grupos distribuidos en las mismas “de tal manera que, ante la aparición de un brote, se pueda aislar todo el grupo, poniendo en cuarentena a las personas, mientras que los demás grupos sigan funcionando bajo un sistema de estrecha vigilancia y alerta”. Así, el uso de mascarilla solo será necesario en alumnos de segundo de primaria en adelante cuando no se pueda guardar 1,5 metros de distancia y al entrar y salir del centro.
La salida al patio será escalonada y en esta zona común, según Educación “se preverá un sistema de señalización en elementos fijos (como bancos, mobiliario, juegos) para que, si las autoridades sanitarias así lo indican, no sean utilizados”.
En cuanto a la atención de familiares y tutores legales, no se hará vía telemática, sino presencial pero con cita previa y, preferiblemente, al aire libre. Y respecto a la realización de actividades deportivas, por ejemplo en Educación Física, se recomienda que ese día los alumnos vengan con la ropa adecuada ya de casa, para evitar el uso de vestuarios.
Respecto a casos sospechosos o confirmados de COVID-19, el protocolo no indica que necesariamente haya que poner al alumnado en cuarentena, sino que el centro, junto con el Departamento de Salud, evaluará el caso. Lo que sí especifica es que un alumno contagiado “no podrá acudir al centro educativo hasta que reciba el alta médica, debiendo aportar el correspondiente justificante”.
Aquí también serán clave los grupos de convivencia estable, que se organizarán por intervalos para acceder a zonas comunes como el comedor o el patio del recreo, así como a la entrada o salida del centro. Los grupos de convivencia son los que tendrán que mantener una distancia de 1,5 metros entre sí fuera del aula, y si no es posible, entonces sí que tendrán que llevar mascarilla.
Educación informa de que, como en Cantabria, es requisito indispensable que cada día los familiares comprueben si el menor a cargo tiene síntomas, así como que su temperatura sea inferior a 37,5ºC. Ante la sospecha de un caso, el protocolo elaborado por la Generalitat establece que:
En los tres casos, aunque la PCR dé negativa, la cuarentena de 14 días sigue siendo obligatoria, advierte Educación.
Para crear grupos burbuja con menor ratio por aula, Educación ha contratado a 8.258 trabajadores, tanto de personal docente como de no docente.
También en la Comunidad Valenciana se ha ampliado la plantilla docente con la contratación de 4.374 nuevos profesores y profesoras para el nuevo curso, que comienza el 7 de septiembre.
En los centros, en infantil y primero y segundo de primaria, se organizará al alumnado por grupos de convivencia estable de hasta 20 alumnos. En tercero y cuarto de primaria, se priorizarán también los grupos de convivencia estable pero, en función de las características de cada centro, se podrá optar por no crear estas “burbujas” de alumnado siempre y cuando mantengan 1,5 metros de distancia, algo que se aplicará directamente al alumnado de quinto de primaria en adelante. Si en estas etapas educativas no hubiese forma de mantener la distancia física de seguridad, Educación propone que el alumnado acuda al centro en días alternos.
También aquí, como en otras comunidades autónomas, la salida al recreo se realizará de forma escalonada, es decir, por turnos. Y, además, en este caso se propone dividir el patio en estancias, distribuyendo al alumnado por sectores.
En Extremadura, el profesorado deberá incorporarse el 1 de septiembre, y el alumnado de todos los ciclos, excepto bachillerato, el 10.
También aquí se plantean tres escenarios en función de la evolución de la pandemia: presencial, semipresencial y online. Según informa la Consejería de Educación, el contexto inminente ya les ha obligado a contemplar distintos escenarios por localidades: “Presencial en las localidades donde no se hayan dado rebrotes y la situación esté controlada y escenarios distintos en localidades como La Morera o Villarta de los Montes, donde se ha retrocedido a la fase 2. Es bastante probable que se den varios escenarios a la vez en función del estado de la pandemia en cada localidad y que esto implique distintos modelos de enseñanza”.
Aquí, la Junta de Extremadura ha preparado una guía general y un protocolo preventivo, dos documentos que cada centro debe adaptar a sus circunstancias elaborando un plan de contingencia propio.
Algunas de las líneas generales de los documentos elaborados por el Gobierno regional son la bajada de ratio por profesor, así como la creación de grupos de convivencia estables hasta cuarto de primaria. De quinto de primaria a cuarto de la ESO habrá desdobles para garantizar la distancia de seguridad de 1,5 metros. Para ello se ha aumentado la plantilla de docentes en 614 trabajadores, según informa Educación.
Para el inicio de curso, la Consejería de Educación ha adquirido dos millones de mascarillas y pantallas faciales. Las pantallas se destinarán a los Centros de Educación Especial, Escuelas Infantiles y para docentes de Pedagogía Terapéutica y Audición y Lenguaje, es decir, en aquellas clases o actividades donde el profesorado o el alumnado no pueden utilizar la mascarilla.
Respecto al protocolo a seguir en caso de sospecha de contagio, los centros contactarán con su centro de salud de referencia. Además, el centro deberá disponer de un espacio destinado al aislamiento hasta que la familia recoja al escolar. Si se confirma que es un caso positivo, se haría un rastreo de contacto, pero la actuación está aún por definir: “Se concretará la semana próxima tras la reunión prevista entre responsables de Educación y Sanidad. El centro educativo, junto con los Servicios de Salud Pública, realizarán una evaluación de riesgo y determinarán las actuaciones específicas”, explican desde la Consejería de Educación.
En Galicia, según informan desde Educación, las clases comenzarán el 10 de septiembre para la segunda etapa de infantil (3-6 años) y primaria. Para el resto de las enseñanzas, el comienzo será el 16 de septiembre.
Aquí, Educación junto con Sanidad han elaborado un protocolo de adaptación para el próximo curso aunque advierten de que “todas las medidas pueden ser objeto de revisión continua en función de la evolución de riesgo sanitario y de las decisiones que adopten las autoridades sanitarias autonómicas y estatales”.
En los centros educativos, según este protocolo, tanto el personal docente como el no docente deberá realizar una encuesta diaria de síntomas. Además, cada centro contará con “un equipo formado en COVID-19 que será el de referencia para el personal, profesorado, alumnado y familias”. Este equipo será el enlace con el centro de salud de Atención Primaria de referencia de cada centro ante cualquier duda o problema que surja.
También los alumnos deberán someterse a una encuesta diaria de síntomas antes de la llegada al centro, para lo que deberán usar, igual que el personal de los centros, un formulario estándar que se facilitará a padres, madres y tutores.
En cuanto a las clases, la separación de pupitres (que deberán todos orientados en la misma dirección, es decir, hacia el profesor) será de un metro de distancia y no será necesario el uso de mascarillas. En caso de que en las aulas, por su tamaño, no se pueda mantener un metro de distancia física de seguridad, será obligatoria la mascarilla, un equipo de protección individual que deberán usar también de manera obligatoria cuando estén fuera del aula. El protocolo también incide en la necesidad de ventilar de manera frecuente todo el centro durante al menos cinco o diez minutos.
Respecto a la posibilidad de que haya algún caso confirmado, esto implicaría la entrada en cuarentena de toda la clase, incluido el profesor. Si se detectan tres casos positivos en un periodo de siete días, entonces la cuarentena se podría aplicar al centro educativo al completo.
La información aportada por la Comunidad de Madrid es del 30 de junio, un comunicado en el que señalan que habrá cuatro escenarios sobre los que se trabajará de cara al comienzo del curso (a principios de septiembre, entre el 4 y el 9 en función de la etapa educativa).
En el escenario 1, la nueva normalidad consistiría en el uso de equipos de protección y geles desinfectantes, así como la creación de una figura del coordinador COVID-19 en cada centro. Además, la educación online tendría presencia en secundaria y bachillerato (se podrían impartir algunas asignaturas vía telemática). El escenario 4 estaría descartado porque supondría la desaparición de todos los riesgos asociados al COVID-19.
Así, los escenarios 2 y 3 contemplan son los más restrictivos. En el 2 habría menor presencia en las aulas, grupos de convivencia estable de 20 alumnos en infantil, así como actividad educativa telemática de cuarto de primaria en adelante. El 3 supondría un retorno a la situación vivida en marzo, abril y mayo, ya que se plantea este escenario si vuelve a haber otro confinamiento.
En esta comunidad, el sindicato Comisiones Obreras (CCOO) “ha recurrido ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid las instrucciones de medidas por el COVID-19 y las de inicio de curso por considerar que son ilegales”, ha informado en un comunicado. Según CCOO, la Consejería de Educación ha incurrido en “una dejación de funciones” y ha “abandonado a su suerte a toda la comunidad educativa” al “no establecer medidas concretas ni eficaces para la protección de la salud” de alumnos y docentes.
Por ello, este miércoles CCOO, junto con otros sindicatos como UGT, CGT y STEM, ha anunciado una huelga del profesorado en Madrid en el inicio del curso escolar. Lo hacen como protesta por la “inacción del Gobierno de la Comunidad de Madrid y de la Consejería de Educación”, y exigen la bajada de ratios de alumnado por aula, así como el aumento de personal docente desde el inicio de curso (sea cual sea el escenario). También abogan por contratar más personal de limpieza y de dotar a los centros con personal de enfermería.
En Murcia la incorporación a las aulas se realizará de manera progresiva: se prolongará durante las dos primeras semanas del curso para los alumnos de tres años y durante la primera semana de clase para el resto del alumnado, tal y como informa la Consejería de Educación.
La incorporación progresiva durante la primera semana del curso se hará de la siguiente manera: los alumnos de cuatro y cinco años alternarán su asistencia al centro, es decir, la mitad del alumnado irá dos días a la semana y la otra mitad, los otros dos, congregándose los viernes la totalidad del alumnado.
En primaria, el alumnado hará turnos por bloques (primero y segundo por un lado, tercero y cuarto por otro…), y lo mismo con Secundaria.
Desde Educación señalan que esta misma semana “se reúne la comisión mixta de Educación y Salud para valorar la situación actual y previsiblemente habrá cambios” en el protocolo, por lo que informarán con más detalle una vez se haya reunido la comisión.
El protocolo elaborado por la Consejería de Educación destaca, principalmente, por su apuesta por los grupos de convivencia estables en infantil, grupos que irán de los ocho a los 16 alumnos en función del tramo de edad.
El documento establece varios escenarios. El primero es de nueva normalidad, con actividad presencial y siguiendo las medidas de seguridad básicas. En el segundo escenario, habría un “bloqueo de espacios comunes”, por lo que el uso educativo de algunos lugares, como aulas específicas, quedaría prohibido, pero se mantendría la presencialidad aunque las entradas y salidas se harían de manera escalonada. En un tercer escenario, Educación plantea reorganizar los grupos y bajar aún más las ratios, pero esta consejería advierte de que, en función de cómo se desarrollen los acontecimientos, se redefinirá el plan de contingencia.
De hecho, en un comunicado, Educación señala: “Aún no está definido en qué escenario empezaremos. Ahora mismo el Departamento de Educación está reuniéndose con la comunidad educativa. Lo hicimos el lunes con las asociaciones de directoras/es de centros educativos de Navarra, que nos pidieron un refuerzo de profesorado. Ayer con las apymas de Navarra reunidas en la Mesa de Padres y Madres de Navarra, que coincidieron con el departamento en que comenzar el curso presencialmente es un objetivo irrenunciable”.
También indican que “las escuelas infantiles de 0-3 años (en Pamplona y comarca están abiertas desde el lunes) cuentan con un protocolo específico COVID-19 de actuación que está ya funcionando”.
Esta comunidad autónoma mantendrá la vuelta a las aulas el 7 de septiembre, a pesar de las últimas cifras de contagios: 321 nuevos casos positivos por PCR en 24 horas (a fecha 18 de agosto).
Aquí, Educación ha elaborado un protocolo común, pero cada centro debe elaborar su propio plan de actuación. Las líneas generales establecen tres escenarios: el primero sería el de presencialidad siguiendo las medidas de higiene y seguridad básicas; el segundo, la asistencia presencial solo para infantil y primaria en horario de mañana; y el tercero, educación online ante la imposibilidad de que haya clases presenciales por un nuevo confinamiento.
En caso de contagio confirmado, tanto el alumno afectado como sus compañeros deberán guardar cuarentena domiciliaria de 14 días desde la fecha del último contacto, pero no especifica qué ocurre en caso de rebrote (es decir, con más de un caso en un mismo centro educativo).
Aunque se trató de retrasar el comienzo del curso al 15 de septiembre, finalmente el Gobierno de La Rioja, en su negociación con sindicatos, ha decidido que será el 7.
En el protocolo elaborado por la Consejería de Educación destaca la creación de grupos de convivencia en infantil y primaria, un método que esta comunidad ya ha testado durante el verano: “Ya se ha puesto en práctica en el proyecto Escuela Abierta de Verano con excelentes resultados por la reciente detección y gestión precoz de un caso, evitando otros contagios en el centro”, asegura Educación en un comunicado.
En septiembre, esta medida irá acompañada de una sectorización del centro educativo, delimitando espacios en los que los grupos de convivencia serán distribuidos.
Para los mayores de 14 años, se permitirá hasta un 50% lectivo mediante educación a distancia o el establecimiento de turnos de tarde para determinados grupos o niveles, permitiendo que haya turnos de mañana para primero y segundo de la ESO.
También esta comunidad ha ampliado su plantilla docente, contratando a 300 nuevos profesores.
Elena Vanessa Martínez, médica, epidemióloga y vicepresidenta de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), señala en conversación con Newtral.es que el “sistema educativo es esencial”: “Plantear que los niños no vuelvan al cole sería como decir que cerramos los hospitales porque hay más riesgo de que la gente allí se contagie más. La educación es la base de nuestra sociedad. Aunque en un momento se pensase que cerrar los colegios era una buena forma de contener el virus, igual que se pararon otras actividades, no es sostenible mantenerlos cerrados sabiendo que el virus ha venido para quedarse”.
Por ello, Martínez aboga por “minimizar el riesgo” y no centrar tanto el debate en “si son o no transmisores, que es algo que sigue estudiándose”, sino en “qué se puede hacer para manejar la situación”.
Esta epidemióloga, como forma de minimizar el riesgo, destaca la ventilación: “Es algo de lo que se habla poco, quizá se pone más el foco en el uso de mascarilla y en mantener la distancia física de seguridad, pero la transmisión es más fácil cuando no se está al aire libre, sobre todo cuando son lugares no ventilados”. Por ello, señala que idealmente “habría que ventilar varias veces al día, especialmente cada vez que sale un grupo de un aula y cada vez que entra otro”.
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Quique Bassat, pediatra y epidemiólogo del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), un centro impulsado por la Fundación La Caixa, explica a Newtral.es que “cuantificar qué medida es más eficaz es difícil”, aunque aboga por incidir en la efectividad de los “grupos burbuja”, también llamados “grupos de convivencia estables”: “La idea es que sea un grupo de niños que pueden relacionarse entre sí sin necesidad de mascarilla ni distancia física de seguridad, pero no se relacionan con otros grupos. No minimiza el riesgo a cero porque si tienes a un niño infectado, probablemente pueda infectar a otros niños de su ‘grupo burbuja’, pero sí disminuye el riesgo y, sobre todo, permite hacer un estudio de contactos eficaz y rápido. Además, permite el aislamiento de solo ese grupo”. Eso sí, para que funcione bien, advierte Bassat, el tamaño debe ser reducido: “Entre 10 y 15 es lo ideal”.
Respecto a la transmisión del virus en niños, este pediatra y epidemiólogo reconoce que “sigue sin saberse mucho”: “Al principio intentamos copiar el modelo de otras enfermedades como la gripe para saber cómo era la transmisión de niños a adultos. Pero hemos visto que no nos podemos inspirar en ese modelo porque es diferente. Y revisando la literatura científica, a pesar de que al principio se decía que los niños eran supercontagiadores, hemos visto que sí que contagian pero que hay pocos brotes iniciados por niños”.
Bassat ha formado parte de un grupo de investigación que ha realizado un estudio epidemiólogo del COVID-19 en las colonias de verano en Barcelona, con casi 2.000 niños: “Todavía no tenemos resultados concluyentes, pero sí que creemos que contagian menos que los adultos”. Sobre esto, la epidemióloga Elena Vanessa Martínez señala que “en principio parece que los más pequeñitos, los de menos de ocho años, tienen una capacidad de transmisión menor”.
Desde su punto de vista, reabrir los colegios “no es más arriesgado que otras actividades grupales”: “Seguramente lo sea menos que abrir restaurantes o discotecas en su momento. Es cierto que no es un riesgo desdeñable, por lo que se tienen que seguir medidas de prevención de manera estricta”, añade.