En Bulgaria, los aldeanos se preocupan por la introducción del euro
En la tienda de comestibles de Bilyana Nikolova en Chuprene, un pueblo del noroeste de Bulgaria, los precios ahora se muestran en levas y euros para cientos de productos alimenticios y otros artículos.
Aún así, la comerciante, de 53 años, dijo que le preocupa que en enero, cuando se introduzca el euro en la nación balcánica, "será un caos".
Nikolova dijo que incluso ha considerado cerrar durante algunas semanas "hasta que las cosas se solucionen", ya que ha tenido discusiones con los clientes. "La gente ve el precio más bajo en euros, se confunde y piensa que les estoy mintiendo", dice Nikolova, que lleva más de 20 años gestionando la tienda.
Chuprene, situada al pie de las montañas Stara Planina de Bulgaria, cerca de la frontera con Serbia, es el hogar de 400 personas. Pero en los pequeños pueblos de Bulgaria crece la preocupación de que el euro suponga precios más altos.
La incertidumbre política del país no ayuda. El último gobierno, de corta duración, dimitió a principios de este mes. Sin embargo, Bulgaria se convertirá en el 21º miembro de la zona de la moneda única el 1 de enero, casi 19 años después de que el país de 6,4 millones de habitantes se uniera a la Unión Europea.
Miedo a empobrecerse
El temor a la adopción del euro surge a pesar de los considerables avances económicos que ha logrado el país. En los últimos diez años, el PIB de Bulgaria ha aumentado desde aproximadamente un tercio del promedio de la eurozona a casi dos tercios en la actualidad.
Pero Bulgaria sigue siendo el país de la UE con la mayor proporción de personas en riesgo de pobreza o exclusión social, según Eurostat. "Estas son las principales preocupaciones que encontramos en los municipios pequeños: el miedo a empobrecerse, porque la gente tiene muy pocas reservas", dijo Boryana Dimitrova, del instituto de encuestas Alpha Research.
"En los pueblos se acumulan tres factores: una población envejecida, niveles más bajos de educación y alfabetización financiera y pagos realizados mayoritariamente en efectivo", dijo Dimitrova, quien ha estado estudiando las actitudes hacia el euro durante un año.
La inflación de los precios de los alimentos ha aumentado las preocupaciones entre los búlgaros. "Hay que reconocer que el aumento de los precios no ha sido insignificante", explica el sociólogo a la AFP.
Los precios de los alimentos en noviembre aumentaron un 5 por ciento interanual, según el Instituto Nacional de Estadística, más del doble del promedio de la eurozona.