La normativa dictada recientemente por la Agrupación de Cofradías establece la posibilidad de que una hermandad, ante la incertidumbre meteorológica, pueda retrasar treinta minutos su salida, comprometiéndose a recuperarlos en el trayecto. No aprendemos, porque llueve sobre mojado, y nunca mejor dicho: la experiencia, en efecto, nos dice que la inmensa mayoría de las cofradías que en el pasado han hecho uso de ese discutible derecho no sólo no han recuperado la demora concedida (hasta una hora), sino que ni siquiera manifestaron en su comportamiento, ya en la calle, la más mínima intención de recobrarlo. Recuerdo los tiempos en que se llamaba por teléfono a Sevilla, y según llegaran las noticias de Guadalquivir abajo se tomaba una decisión u otra....
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