La sequía extrema con un 56% de déficit de lluvias durante 2024 hace « agonizar » a cinco cultivos en la provincia de Alicante , según el balance anual de Asaja, que ha puesto el acento además en la «incertidumbre» por el futuro del trasvase Tajo-Segura que pretende recortar el Gobierno. Con un déficit de lluvias del 56% -con sólo 231 milímetros recogidos frente a los 390 anuales de la media de la serie histórica en el Segura- la falta de agua «ya se ha convertido en un problema estructural, generando importantes descalabros económicos en todos los cultivos de la provincia y un creciente abandono de explotaciones agrarias, con especial incidencia en los de secano, que dependen de la pluviometría», describen desde esta organización agraria. Como «cada vez llueve menos y hace más calor en meses tradicionalmente fríos, las consecuencias son la reducción de calibres y alteración de floración de los árboles, los que causa importantes mermas de producciones», añaden. En especial, se ha notado en la uva para vino, con «la cosecha más exigua de la historia de la Denominación de Origen Protegida Vinos de Alicante» desde hay hay registros, con 16 millones de kilos, ha explicado el vicepresidente de Asaja Alicante, José Juan Reus . El olivar ha sufrido una merma a la mitad (51%) con 3.675 toneladas y uno de los cultivos más emblemáticos de esta zona mediterránea, la almendra, ha caído un tercio (33%) en su cosecha, con 6.702 toneladas. En este caso, se trata de la región con mayores pérdidas de España, con algunas explotaciones que se quedaron sin nada. Desigual ha resultado el impacto en la cereza , según la zona productora, aunque por suerte se ha conseguido un «balón de oxígeno» de ayudas especiales como afectados por factores climáticos, tras acumular ya seis malas cosechas. Completa este balance nefasto el cereal , con una «producción insignificante» debido a esa falta de lluvias combinada con las elevadas temperaturas, que impidió incluso la siembra . Otro de los graves problemas para el sector radica en que «los bajos precios en origen lastran al agricultor», por lo que ASAJA Alicante ha exigido reiteradamente el cumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria , que las sanciones sean «más estrictas» y exista mayor vigilancia, así como la creación de un observatorio de costes que asegure la transparencia en la formación de los precios, «garantizando que estos superen lo que los agricultores y ganaderos han gastado para producir».