El fuego sigue arrasando los secos terrenos del sur de California y todo lo que encuentra a su paso. Al cierre de esta edición se reportaban 5 personas fallecidas y un "número elevado" de heridos, que las autoridades no especificaban, y que se habían negado a abandonar sus hogares a pesar de que el fuego ha arrasado ya 17,234 acres de terreno en Palisades, 10.600 en Eaton, 855 en Hurst, 348 en Lidia y en Sunset 43 acres.
Más de 130.000 personas han abandonado sus viviendas y cerca de 260.000 clientes se encuentran sin electricidad. En medio de la desgracia, hay quien aprovecha para saquear las viviendas afectadas y según la presidenta de la Junta de supervisores del condado de Los Ángeles, al menos 20 personas han sido arrestadas por saqueos.
Los que aún tienen la suerte de no haber visto el fuego cerca de sus viviendas, también sienten los efectos de los incendios en la zona. Cuesta respirar y está entrando ceniza por la ventana, explica a La Razón Pablo Sala, un español que vive en Pasadena, donde más de 700 personas están refugiadas en el Centro de Convenciones de la pequeña localidad a la espera de que sea seguro regresar a sus casas.
Las calles están completamente vacías y uno puede hacerse una idea de la tremenda fuerza con la que sopla el viento por las ramas caídas en el suelo. El humo se está volviendo cada vez más denso, por eso muchos de los vecinos de la zona ya cuentan con mascarillas que les permitan respirar un aire menos tóxico.
El saliente presidente Joe Biden ha declarado el estado de emergencia por zona catastrófica, lo que permite a las áreas afectadas empezar a recibir fondos federales para la reconstrucción del área. El mandatario estadounidense también ha cancelado el viaje que tenía programado a Italia para reunirse con el papa Francisco, la primera ministra Georgia Meloni y el presidente italiano Sergio Mattarella.
Una decisión que no tomó la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, que a pesar de las advertencias meteorológicas extremas de viento y fuego quiso viajar a Ghana, África, en una misión diplomática mientras su territorio arde en llamas. El viaje ha levantado una ola de críticas, igual que su decisión hace meses de recortar 17 millones de dólares del presupuesto del Departamento de Bomberos.
Los primeros enfrentamientos políticos empiezan a asomar. El presidente electo Donald Trump culpa al gobernador demócrata de California, Gavin Newsom, de los incendios en Los Ángeles. Le ha llamado "incompetente" a través de la red social X, por bloquear una inyección de agua al sur de California porque podía poner en peligro un tipo de pez. "Se negó a firmar la declaración de restauración de agua que se le presentó y que habría permitido que millones de galones de agua, provenientes del exceso de lluvia y del deshielo del norte, fluyeran diariamente a muchas partes de California, incluidas las áreas que actualmente se están quemando", ha dicho el republicano antes de asistir al funeral de estado del expresidente norteamericano Jimmy Carter en Washington.
La oficina de Newsom contestó también a través de las redes sociales asegurando que "no existe ningún documento como la declaración de restauración de agua", de la que habla Trump, "el gobernador se centra en proteger a las personas, no en hacer política".
Lo cierto es que la falta de agua está siendo un problema para los bomberos que luchan contra las llamas en al menos 4 incendios ya. El gobernador californiano dijo ayer en una entrevista que es obligación de los funcionarios locales descubrir porque algunas de las mangueras antincendios que se colocan en los edificios colapsaron cuando más falta hacían y ayer se encontraban completamente secas, impidiendo que los profesionales hicieran su trabajo.
El Departamento de Agua y Energía de Los Ángeles ha estado bombeando desde acueductos y manantiales subterráneos en la ciudad para rellenar los tanques de agua y extinguir el fuego de Pacific Palisades que es el más peligroso de todos. La situación es tan extrema que la compañía Airbnb está ofreciendo casas de emergencia gratuitas a los evacuados por el fuego, World Central Kitchen, la ONG del chef español José Andrés ya está trabajando sobre el terreno para ayudar a los equipos de emergencia y evacuados, con sándwiches y agua en las zonas que se necesite, y decenas de Fundaciones están recogiendo donaciones y brindando ayudas a los afectados. Las imágenes y las historias personales que llegan de la costa oeste del país son devastadoras
