El expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica, de 88 años, confirmó que el cáncer de esófago que le fue diagnosticado en abril pasado se ha expandido al hígado, complicando gravemente su estado de salud. En declaraciones al semanario Búsqueda, recogidas por el diario uruguayo El País, Mujica afirmó: “El cáncer en el esófago me está colonizando el hígado. No lo paro con nada. ¿Por qué? Porque soy un anciano y porque tengo dos enfermedades crónicas”.
El exmandatario explicó que no puede someterse a tratamientos como quimioterapia o cirugía debido a su condición física. “No me cabe ni un tratamiento bioquímico ni la cirugía porque mi cuerpo no lo aguanta”, sostuvo. Además, pidió que se respete su privacidad en este momento crucial. “Lo que pido es que me dejen tranquilo. Que no me pidan más entrevistas ni nada más. Ya terminó mi ciclo. Sinceramente, me estoy muriendo. Y el guerrero tiene derecho a su descanso”, agregó, según publicó el medio argentino La Voz del Interior.
Desde su residencia en la chacra de Rincón del Cerro, donde vive junto a su esposa, Lucía Topolansky, Mujica expresó su deseo de permanecer allí hasta el final. “Yo me voy a morir acá. Ahí afuera hay una sequoia grandota. Está Manuela (su perra) enterrada ahí. Estoy haciendo los papeles para que ahí también me entierren a mí. Y ya está”, aseguró en diálogo con Búsqueda.
El cáncer de esófago fue detectado en abril durante un chequeo médico. Según informó el propio Mujica en una conferencia de prensa en aquel momento, el diagnóstico es especialmente complejo debido a una enfermedad inmunológica que padece, lo que dificulta los tratamientos convencionales.
José Mujica, conocido mundialmente como “Pepe”, presidió Uruguay entre 2010 y 2015, liderando un gobierno con una marcada agenda social que incluyó el respaldo al matrimonio igualitario y la regulación del mercado de marihuana. A pesar de haberse retirado del Senado en 2020, continuó siendo una voz influyente en el Frente Amplio, el movimiento político al que pertenece.
“Mientras el rollo aguante, voy a seguir. Quiero transmitirle a las pibas y pibes que la vida es hermosa, pero se gasta y se cae. El quid es empezar de vuelta cada vez que uno cae y, si hay bronca, que la transformen en esperanza. Nadie se salva solo”, expresó Mujica en declaraciones recogidas por El País.
El expresidente enfrenta su etapa final con la serenidad y el compromiso que siempre lo caracterizaron. Según La Voz del Interior, Mujica insistió en que desea descansar en paz y reflexionó: “El guerrero tiene derecho a su descanso”. Su vida y su legado permanecerán como símbolo de humildad y lucha por las causas sociales, tanto en Uruguay como en el resto del mundo.
