Un hombre, identificado por las autoridades con los apellidos Cordero Mena, irá 18 años a prisión por intentar asfixiar a su hijastro, menor de edad, agredir a su pareja –quien estaba embarazada– y restringir la libertad de ambas víctimas.
La sentencia fue dictada en febrero del 2024, cuando el Tribunal Penal de San Joaquín de Flores halló al hombre culpable de los delitos de tentativa de homicidio, maltrato y restricción a la libertad de tránsito.
Sin embargo, fue hasta este miércoles que la Plataforma Integrada de Servicios a Víctimas (PISAV) logró que la condena se mantuviera en firme tras dos apelaciones de la defensa del acusado. Esta plataforma del Poder Judicial ofrece servicios de atención a las víctimas de violencia doméstica, intrafamiliar y sexual.
Luego de que el tribunal emitiera el veredicto en el 2024, la defensa de Cordero apeló la resolución, pero la petición fue rechazada por el Tribunal de Apelación de Sentencia. Ante este escenario, la representación del hombre presentó un recurso de casación, el cual fue declarado inadmisible.
Los hechos por los que Cordero deberá descontar años en prisión ocurrieron en 2023, cuando vivía en Santa Bárbara de Heredia junto a una mujer con quien mantenía una relación de hecho y que, durante la unión, resultó embarazada. Ella, cuya identidad no fue revelada por las autoridades judiciales, es madre de un niño que no es hijo del sentenciado.
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El 9 de mayo de ese año, Cordero llegó a la vivienda bajo los efectos del alcohol y, de acuerdo con el Ministerio Público, le incrustó las uñas al niño en sus brazos y muslos, causándole heridas abiertas en la piel. Según el relato de la Fiscalía, producto de las lesiones, el menor empezó a llorar. En ese momento, el hombre se acercó, lo golpeó en la cabeza y, posteriormente, se abalanzó sobre él, presionándolo con fuerza por el cuello en un intento de asfixiarlo.
La madre, embarazada, trató de ayudar al niño, pero Cordero le propinó una patada en la espalda. Además, la golpeó y los encerró a ambos dentro de la vivienda. Pese a la insistencia de la mujer, Cordero se negó a llamar al servicio de emergencias.
Al día siguiente, la madre del menor logró salir de la casa y pidió ayuda a las autoridades. La Fuerza Pública se presentó en el lugar, detuvo al agresor y llevó a las dos víctimas a un centro médico.
