A menudo, a los españoles se nos asocia con costumbres muy marcadas: horarios tardíos, un volumen de voz elevado y mucha pasión por la fiesta. Aunque son tópicos ampliamente aceptados, no reflejan la diversidad y complejidad de la sociedad española. Como en cualquier lugar, el comportamiento de la gente varía según sus circunstancias, y las generalizaciones a menudo quedan lejos de la realidad. En este contexto, muchos extranjeros que visitan o se establecen en España se sorprenden al descubrir qué tan cerca o lejos están estas percepciones de lo que viven día a día. Este es el caso de Clem, un creador de contenido francés que ha compartido un vídeo en el que reflexiona sobre un detalle cotidiano que le impactó: la forma en que los españoles usan el metro. Con un tono cercano, Clem explica lo que para él fue un «choque cultural». En el vídeo, describe cómo, en España, la gente espera a que los pasajeros salgan del tren antes de intentar entrar, algo que considera extraordinario. «En París, cuando tomas el metro, las personas entran mientras tú quieres salir. Entonces estás como 'pardon, pardon', y la gente está entrando también», relata con humor. La calma y el orden que observa en el transporte público español no solo le sorprenden, sino que también le parecen admirables. «Aquí, cada vez que voy al metro o al cercanías, la gente se pone en cola y espera que la gente salga», dice con entusiasmo, asegurando que este comportamiento «debería ser normal». Su experiencia ha generado un gran eco en redes sociales, especialmente en TikTok, donde usuarios españoles han reaccionado a sus palabras. Entre los comentarios más destacados, uno destaca que este hábito no se limita al metro: «No es en el metro, es en todos lados. En España es educación dejar salir antes de entrar». Aunque hay quienes señalan que no siempre se respeta esta norma, la mayoría coincide en que dejar salir antes de entrar forma parte de la cultura popular española. Una usuaria lo resume así: «Lógicamente, siempre encontrarás a gente que va a la suya y no lo hace, pero, en condiciones normales de educación , aquí en España es así». Otro, describe con humor la diferencia entre España y Francia: «La civilización termina donde se deja de usar el aceite de oliva».