Bogotá. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, criticó este miércoles las detenciones de un excandidato presidencial y de un defensor de los derechos humanos en Venezuela, y anunció que se abstendrá de asistir a la cuestionada investidura de Nicolás Maduro.
El mandatario colombiano rechazó el arresto del excandidato presidencial Enrique Márquez, confirmado este miércoles por su coalición política, así como el de Carlos Correa, director de la ONG Espacio Público.
“Esto, y otros hechos, impide mi asistencia personal al acto de posesión de Nicolás Maduro”, aseguró Petro en la red social X.
Si bien no estaba confirmada su presencia en la ceremonia del próximo viernes, Petro elevó el tono contra el chavismo a pocas horas de que Maduro asuma un nuevo mandato en medio de denuncias de fraude en las elecciones de 2024.
Ninguna de esas dos detenciones ha sido confirmada por la Fiscalía o las autoridades en Venezuela.
Petro, considerado uno de los mayores aliados del chavismo en la región, solicitó “la libertad de todas las personas detenidas por razones políticas” en Venezuela.
El gobierno colombiano considera que las elecciones del 28 de julio pasado no fueron libres debido a los “bloqueos” económicos que pesan sobre Venezuela, en referencia a las sanciones de Estados Unidos.
Esta vez, Petro añadió que “intimidaciones internas” estropearon los comicios, aunque no ofreció mayores detalles.
El mandatario izquierdista ya había sugerido la necesidad de volver a celebrar las elecciones.
En las últimas semanas, el vicecanciller de Colombia, Jorge Rojas, había anunciado que el embajador en Caracas, Milton Rengifo, asistiría a la investidura de Maduro.
Esa declaración desató el rechazo de varios sectores políticos y de expresidentes como el Nobel de Paz Juan Manuel Santos, quien pidió a Petro que retire a su representante diplomático en Caracas.
Con dos millones de migrantes, según cifras oficiales, Colombia es el principal receptor de venezolanos que han huido de su país debido a la grave crisis política y económica.
Petro insiste en no repetir la estrategia de su antecesor, Iván Duque, quien rompió las relaciones diplomáticas con Maduro y se alió con el líder estadounidense Donald Trump en 2019, cuando Estados Unidos impuso una política de máxima presión contra el chavismo.
Colombia y Venezuela comparten una porosa frontera de unos 2.200 kilómetros en la que operan grupos armados como la guerrilla del ELN. Caracas, además, es sede de las negociaciones entre el gobierno de Colombia y esas organizaciones alzadas en armas.
