La decisión del Consejo Superior de Deportes (CSD) de conceder la cautelarísima al FC Barcelona en el caso de Dani Olmo ha reabierto un capítulo más en la polémica relación entre el club catalán y los órganos reguladores del fútbol español. Este dictamen, de carácter provisional, permite la inscripción del jugador mientras se resuelve el recurso presentado por la entidad blaugrana.
La medida, aunque ajustada al procedimiento legal vigente, ha generado un notable malestar en casi todos los equipos rivales, y sobre todo en el sector de la Prensa del Real Madrid, que consideran que este tipo de resoluciones afectan al principio de equidad competitiva. La cautelarísima no resuelve el conflicto de fondo, sino que congela los efectos de una decisión previa que cancelaba la licencia deportiva del futbolista. Mientras tanto, Olmo podrá disputar encuentros con el Barcelona, lo que plantea un dilema no solo jurídico, sino también ético y competitivo.
La reacción madridista no se ha hecho esperar. Desde ciertos sectores se ha subrayado el doble rasero en la aplicación de las normativas, insinuando un trato favorable hacia la entidad blaugrana, que también tiene una connotación política. "El gobierno favoreciendo al Barcelona"
En términos deportivos, la presencia de Olmo supone un refuerzo importante para el Barcelona en un tramo crucial de la temporada. Su aportación en la medular no solo mejora la calidad técnica del equipo, sino que aporta experiencia y versatilidad, algo que Flick valora especialmente ahora que el equipo no estaba rindiendo especialmente bien.
Cabe recordar que este tipo de recursos suelen resolverse de forma definitiva en cuestión de meses, pero el impacto inmediato es innegable. El Barcelona, con la inscripción de Olmo, gana un activo competitivo de primer nivel, lo que podría ser determinante en su pugna por LaLiga y en la Champions League.
