La Constitución política del Perú de 1993 ya no es el mismo documento legal que promulgó Alberto Fujimori, el 30 de diciembre de 1993, pese a lo cual el Congreso, controlado por el fujimorismo y sus aliados, ha insistido en reponer la firma del fallecido ex dictador.
Del texto original, que discutió el Congreso Constituyente Democrático y se aprobó en un referéndum, el 31 de octubre de 1993, solo sobrevive el 42.35 por ciento. Es decir, menos de la mitad. Los cambios introducidos, sobre todo el último año, son sustanciales.
El 57.65 % de la actual Carta Magna es un texto constitucional nuevo. En sus 31 años de existencia se han reformado 110 artículos, 10 disposiciones transitorias, el texto de un título, se crearon seis nuevos artículos y se derogó un artículo, a través de 32 leyes del Congreso.
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La restitución de la firma, como en su momento fue el retiro, es un acto simbólico y político, que no cambia ni tiene efecto jurídico, afirman los especialistas.
La firma de Alberto Fujimori se retiró de la Constitución de 1993 mediante la Ley 27600 promulgada el 16 de diciembre de 2001, en el gobierno de Alejandro Toledo, sin afectar la vigencia de la Carta constitucional.
"Suprímese la firma de Alberto Fujimori Fujimori del texto de la Constitución Política del Estado de 1993, sin perjuicio de mantener su vigencia, en aplicación de la resolución legislativa N° 009-2000-CR, que declaró su permanente incapacidad moral y, en consecuencia, la vacancia de la Presidencia de la República", señala el artículo 1 de la mencionada ley.
“Cabe precisar que este acto no busca reivindicar a una figura en particular, no es un ensalzamiento personalista de Alberto Fujimori, sino es muestra de nuestro un compromiso con la lealtad histórica y construir una verdadera reconciliación basada en la objetividad”, afirmó el congresista Fernando Rospigliosi Capurro, al defender el regreso de la rúbrica del fallecido dictador.
Por su parte, desde la clandestinidad el prófugo líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón afirmó a través de redes sociales: "fue una necedad caviar retirar la firma de Fujimori de la Constitución del 93, porque él la parió, como réplica del Consenso de Washington, aprobándola tras un referéndum fraudulento. Ni siquiera fue iniciativa de la nueva casta política empresarial, pues la misma fue diseñada, estructurada e impuesta por el imperialismo. Con la restitución de la firma, queda oficializada la paternidad responsable de quién nos impuso este plagio neoliberal. El caviarismo, por el contrario, quiso excluir al dictador de esta responsabilidad histórica".
Por su parte la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos afirmó que restituir la firma de Fujimori en la constitución de 1993 "representa un grave retroceso en el reconocimiento de los valores democráticos y el respeto por los derechos humanos, sino que también constituye una afrenta a la memoria de las víctimas de las graves violaciones cometidas durante su gobierno".
A 23 años del retiro de la firma del ex dictador, lo que el fujimorismo y sus aliados no dicen es que, en realidad, la restitución solo busca darle mayor valor a las reformas y las leyes que contradicen su espíritu aprobadas durante el 2024 y crear la idea que se trata del mismo documento.
Mientras reponen la firma del dictador, los mismos congresistas que votaron a favor siguen analizando, discutiendo y aprobando nuevas modificaciones.
Cómo reveló una investigación de La República, desde que entró en vigencia, el 1 de enero de 1994, se han aprobado 32 leyes de reforma constitucional, que provocaron 128 modificaciones, que representan el 57.65 % de su texto, en 110 artículos, 10 disposiciones complementarias o finales, el texto de un título, mientras que a la vez se crearon seis nuevos artículos y se derogó un artículo.
La historia indica que con apenas un año y medio de vida legal, el 10 de junio de 1995, Fujimori promulgó y publicó la primera reforma. El 11 de diciembre de 2024, se publicó la última ley de reforma promulgada por la presidenta Dina Boluarte. La publicación de estas dos últimas leyes de reforma han pasado desapercibidas.